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San Miguel de Tucumán

A no bajar los brazos: El mensaje de lucha y perdón de Álvaro Pérez Acosta (VIDEO)

Álvaro fue brutalmente atacado en 1996, quedando postrado en silla de ruedas. Sin embargo, no quedó atrapado en la oscuridad, ya que luego de 28 años presentó su libro en el que comparte su historia de superación, perdón y esperanza.

«A no bajar los brazos (vamos por más)» es mucho más que un libro. Es la historia de un hombre que fue víctima de la violencia y que, a pesar de todo, sigue adelante. Álvaro Pérez Acosta fue brutalmente atacado en 1996, quedando postrado en silla de ruedas. Hoy, 28 años después, presentó su historia al mundo. Su hermana, Cecilia Pérez Acosta, cuenta cómo el deseo de Álvaro de compartir su vivencia nunca decayó. «Él lo escribía en una pizarra, y mi tía lo pasaba a un cuaderno. Mi papá lo transcribió a la computadora. Él quería que fuera un libro», explica Cecilia.  

El libro, que ha sido confeccionado con la colaboración de familiares y amigos, no solo es una crónica de un ataque salvaje, sino también un testimonio de superación. Cecilia revela cómo, después de la muerte de su padre, descubrieron los escritos de Álvaro, que dejaron claro su deseo de que su historia sirviera de inspiración.  

Perdón y esperanza como mensaje central

La periodista Magena Valentié, encargada de presentar el libro, describió a Álvaro como un sobreviviente. «Álvaro no solo venció la violencia física, sino también el dolor emocional y espiritual», comenta Valentié. Según ella, el libro transmite un poderoso mensaje de reconciliación. «No hay rencor. Álvaro enseña que el perdón es posible. Su mensaje es claro: no dejes que la violencia o la droga te controlen. Encuentra un camino hacia la paz», afirma Valentié.  

Álvaro no solo se levantó, sino que también se convierte en un ejemplo de cómo sanar tras la adversidad. La resiliencia es el núcleo de su historia. Su fe en Dios y el apoyo de su familia le dieron las fuerzas para seguir adelante. «A pesar de todo, sigue siendo un hombre de fe», subraya Valentié.  

La historia detrás del ataque a Álvaro

El brutal ataque ocurrió a la salida del boliche Bull Dog, en Tucumán, el 27 de julio de 1996. Álvaro fue golpeado por los hermanos Cristian y Fabián Jensen. El incidente dejó a Álvaro gravemente herido, y su vida cambió para siempre. «Cuando me llamaron del hospital, supe que algo grave había sucedido», recuerda Cecilia. En ese momento, su hermano aún estaba consciente, pero rápidamente perdió el conocimiento.  

Después de una larga recuperación y un juicio que condenó a los agresores a ocho años de prisión, Cecilia explica que la familia nunca buscó venganza. «Álvaro ya los perdonó. Fue un proceso difícil, pero el perdón nos dio paz», contó Cecilia, emocionada. «La condena fue social. Ellos no pueden vivir en Tucumán, pero lo que más nos dolió fue lo económico. Mi papá nunca recibió la compensación que le prometieron», agrega.  

El poder de la reconciliación 

Álvaro ha transformado su dolor en un mensaje de esperanza para otros. «Él nunca guardó rencor, y su historia demuestra que se puede superar cualquier obstáculo», señaló Cecilia. En el libro, Álvaro transmite su mensaje de perdón, pero también invita a los jóvenes a alejarse de la violencia y buscar un camino de paz. «No vale la pena quedarse atrapado en la oscuridad. La vida tiene tanto por ofrecer», expresa.  

El acto de presentación del libro, realizado en el colegio Sagrado Corazón, fue un homenaje a la valentía de Álvaro. Amigos, familiares y conocidos se reunieron para celebrar la vida y el coraje de un hombre que, a pesar de todo, sigue siendo un faro de esperanza. «Aunque él no pueda caminar, su alma vuela», concluye Cecilia, visiblemente emocionada.  

Un legado de lucha y esperanza

«A no bajar los brazos (vamos por más)» es mucho más que un libro. Es un legado de lucha, resiliencia y perdón. La historia de Álvaro Pérez Acosta es una llamada a la acción: no rendirse, no bajar los brazos y, sobre todo, aprender a perdonar. Su vida es un testimonio de que, incluso en las situaciones más oscuras, siempre hay un camino hacia la luz.

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