La recesión por la que atraviesa nuestro país se observa en la odisea que los asalariados, tanto del sector público como privado, atraviesan día a día para llegar a fin de mes.
Los empleados sienten el derrumbe de sus ingresos y, en el peor de los casos, quedan sin trabajo. Un claro ejemplo es lo que ocurre en la firma Acindar, que decidió parar su producción en cuatro plantas e, inmediatamente, se sintieron los efectos de la medida.
Las empresas contratistas determinaron rescindir los acuerdos con 1700 trabajadores, gran parte nucleados en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). El convenio que incluye el pago del 83% del salario estará vigente hasta el 15 de junio, aunque en mayo volverán a evaluar la situación.
La patronal comenzó cesanteando a 600 personas, pero con la promesa de ampliar ese número a 1700 si la producción no se reactiva de manera exponencial. Acindar es una de las empresas líderes en la fabricación de acero para la construcción, el agro y la industria.
El parate de cuatro de sus plantas ilustra la crisis industrial que atraviesa el país a raíz del freno de la obra pública, una de las primera determinaciones adoptadas por el presidente Javier Milei. Bajó la demanda, lo que obligó al sector privado a achicar sus costos.
Desde la UOM estiman que existen, al menos, unas 6.000 familias que dependen de la actividad de ACINDAR y temen que si la crisis de la industria se profundiza, las suspensiones sean solo un primer paso.