Hoy se realiza la sexta audiencia del segundo juicio que se lleva adelante por el homicidio del niño Facundo Ferreyra. El viernes de la semana pasada fue un día clave, ya que declararon los integrantes del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF). Los peritos ya habían presentado en el primer debate oral las pruebas en relación a los imputados Mauro Gabriel Díaz Cáceres y Nicolás Nicolás Montes de Oca. En esta oportunidad, volvieron a confirmar que el segundo de estos había consumido cocaína y marihuana antes del trágico suceso.
La fiscal Estela Giffoniello, representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), expuso la teoría del caso. Detalló en la audiencia el estado en el que se encontraba Nicolas Montes de Oca. Los resultados de los estudios realizados en el laboratorio de Toxicología Forense del ECIF confirmaron la presencia de benzoilexgonina (metabolito de cocaína) y tetrahidrocannabinol ácido carboxílico (metabolito de marihuana) en las muestras de orina. Estos hallazgos fueron ratificados por el informe del Servicio de Toxicología Forense del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de la provincia de Salta (CIF).
En la continuación del juicio, se espera el testimonio de los peritos de balística del ECIF para este lunes 7 de agosto.
El requerimiento de apertura de la causa a juicio enfatizó en la actuación de los policías durante el incidente.
Se resaltó que no hubo advertencias verbales. Tampoco, solicitudes de asistencia a otras unidades policiales ni agresiones armadas previas que justificaran la necesidad de actuar de la manera en que lo hicieron.
De acuerdo a la investigación Díaz Cáceres disparó su escopeta reglamentaria, cargada con proyectiles de postas de goma, en dirección a los menores, impactando en diferentes partes del cuerpo del menor Facundo Ferreira. A continuación, Díaz Cáceres, aparentemente con la intención de provocar la muerte de los ocupantes del motovehículo, efectuó cinco disparos con su pistola 9 mm marca Bersa. De manera similar, Montes de Oca, bajo los efectos de drogas, también realizó tres disparos con su arma reglamentaria.
En respuesta a los ocho disparos efectuados por los agentes, el otro menor de edad -quien llevaba ilegalmente una pistola calibre 22 largo-, respondió con dos disparos. Durante la persecución, Díaz Cáceres disparó tres veces más contra ellos, quienes buscaron refugio al lado de un contenedor ubicado en avenida Nicolás Avellaneda. Trágicamente, uno de los proyectiles alcanzó intencionalmente la cabeza de Ferreira por la espalda, causándole un traumatismo encefalocraneano que posteriormente le llevó a la muerte.
El juicio sigue su curso y se espera que los testimonios de los especialistas de balística del ECIF aporten más información sobre este lamentable suceso.
