Ayer lunes, comenzó el proceso judicial contra Matías Nicolás Garzón por el crimen del adolescente Fabio Gabriel Mansilla. El trágico suceso se produjo el 23 de noviembre del año pasado en el barrio Juan XXIII. En un principio, el acusado estuvo prófugo con pedido de captura, sin embargo decidió entregarse unos días después y quedó aprendido.
En el inicio del debate, el Ministerio Público Fiscal expuso la teoría del caso. Carlos Sale explicó que aquel día, cerca de las 10 de la noche, Mansilla se encontraba reunido con unos amigos en la esquina Colombia y Asunción. En ese momento, Garzón llegó como acompañante en una moto portando un arma de fuego. Acto seguido: descendió, se acercó a la víctima y, sin mediar palabra, le disparó en la cabeza. Luego, se volvió a subir a la moto y huyó.
Durante su alegato, Sale calificó el hecho como «doloroso» y que el joven de “tan solo 17 años, perdió la vida de manera trágica”. A continuación presentó las pruebas que respaldan la teoría del caso y pidió que Garzón sea condenado a 16 años de prisión. En este sentido, le imputó el cargo de homicidio agravado por el uso de un arma de fuego.
El proceso judicial comenzó con la declaración de testigos. La primera en dar testimonio fue la madre de Mansilla. Luego le tocó el turno a los miembros del personal policial y del Equipo de Investigaciones Fiscales (ECIF) del Ministerio Público Fiscal (MPF) sobre la investigación en la escena del crímen.
Todas las declaraciones coincidieron en recordar que, horas antes del trágico suceso, Garzón había amenazado de muerte a Mansilla.