El lunes comenzó el segundo juicio por el asesinato del niño de 4 años Ulises Benjamín Amaya ocurrido en la zona del barrio Jesús de Nazaret en El Colmenarel, en agosto de 2019. El único imputado, Claudio Alejandro «Cococho» Argañaraz, había sido condenado a cadena perpetua en agosto del 2020, sin embargo la Corte Suprema de Justicia de la provincia anuló el fallo haciendo lugar al recurso de casación interpuesto por la defensa el 21 de diciembre del año pasado.
De acuerdo al requerimiento de elevación a juicio, presentado por la entonces fiscal Adriana Giannoni, el 08 de agosto de 2019, entre las 15 y las 17 hs, Argañaraz, aprovechándose de su relación de parentesco, cercanía y afinidad, llevó a Ulises Benjamín Amaya, mediante engaños, desde las cercanías de su domicilio en el barrio Jesús de Nazaret, hasta las inmediaciones de autopista de Circunvalación y canal Norte, en El Colmenar.
“Allí, junto al menor -destaca el documento de la fiscalía-, «Cococho» se ubicó debajo de la vieja estructura de un puente cubierto de mucha vegetación y que era utilizado como cruce peatonal, luego recorrieron una distancias de unos 370 metros, donde tomó al pequeño y le pasó por el cuello un cable coaxial y lo colgó de un gancho de hierro que sobresalía de dicho puente. Luego, fingiendo desconocer lo ocurrido, salió simulando la búsqueda del mismo, retardando y obstaculizando de este modo el hallazgo del niño».
En la audiencia del martes declaró la médica forense, Lilia Gordillo, que practicó la autopsia aquel día y afirmó un dato revelador a partir de las pruebas que demuestran que “ante la agresión, el niño trató de defenderse».
La especialista describió el examen realizado e informó que los signos de agresión hallados fueron múltiples, algunos de los principales fueron un surco de ahorcamiento doble en el cuello, ascendente desde adelante hacia atrás, se detectaron escoriaciones en el cráneo, en el rostro, en el tórax, en la espalda y el abdomen. En los brazos, se observaron hematomas y escoriaciones.
La prueba también determinó que Benjamín se habría defendido ante su agresor a partir de una herida contusa en una mano, producto de un golpe.
La forense concluyó que el menor:
«Sufrió una compresión violenta de cuello mediante una soga o cable, lo que produjo la muerte. La compresión fue muy grande, el hueso hioides estaba fracturado por esa violencia. Todas las lesiones indican que murió por asfixia mecánica por ahorcamiento».
En representación del Ministerio Público Fiscal, dirige la acusación de la causa la fiscal Estela Giffoniello, mientras que el tribunal en este segundo juicio está compuesto por los jueces Alicia Freidenberg, Guillermo Puig y Patricio Prado.