Durante el verano, el calor activa el comportamiento de los alacranes, aumentando su presencia en hogares y su contacto con las personas. La doctora Belén Busetti, jefa de Guardia de Emergencias del Hospital de Niños, advirtió que estas picaduras pueden ser especialmente peligrosas para niños, ancianos y personas con enfermedades preexistentes.
“La mayoría de los ataques ocurren de noche, cuando los alacranes salen a buscar alimento. Se esconden en lugares oscuros y cercanos al suelo”, explicó. Estas picaduras provocan dolor intenso, ardor, y, en casos graves, vómitos, sudoración, palidez o dificultad para respirar.
Identificar especies peligrosas
En la provincia, las especies más peligrosas son el Tityus confluens y el Tityus trivittatus. Estos alacranes tienen pinzas largas, un aguijón con una protuberancia distintiva y un color marrón con franjas más oscuras. A diferencia de los alacranes menos dañinos, sus picaduras generan una sensación de quemazón, dolor severo y síntomas que pueden durar días.
Pasos esenciales ante una picadura
Busetti enfatizó la importancia de mantener la calma y actuar con rapidez. En el caso de que le ocurra a un menor, señaló: “El niño gritará y estará inquieto, pero los padres deben observar los síntomas y actuar con rapidez”.
Agregó que es importante tratar de localizar el arácnido y, si es posible, guárdelo en un frasco cerrado. “Esto ayudará a identificar si se trata de una especie peligrosa”, indicó.
Luego, recomendó acudir de inmediato al centro de salud más cercano. “El médico evaluará si es necesario aplicar el suero antídoto, disponible en el sistema público”, señaló. Este tratamiento neutraliza el veneno y reduce las complicaciones.
Para reducir la presencia de alacranes en los hogares se aconseja:
- Mantener los ambientes libres de objetos acumulados.
- Revisar áreas oscuras como debajo de camas o detrás de muebles donde suelen esconderse los alacranes.
- Sacudir la ropa y el calzado antes de usarlos.
- Evitar dejar objetos en el piso.