Cada último miércoles de abril, se celebra el «Día Internacional de Concientización sobre el Ruido» con el objetivo de fomentar conductas responsables que ayuden a generar entornos sonoros saludables. Las advertencias sobre los peligros de la exposición prolongada a ambientes ruidosos pueden impactar negativamente en el bienestar auditivo y limitar las oportunidades de comunicación entre personas.
La responsable del servicio de Otorrinolaringología del hospital Nicolás Avellaneda, Alejandra Maciel, explicó: “El ruido es un problema de la Salud Pública, es la segunda amenaza de contaminación del medio ambiente. Por ello, debe ser tenido en cuenta este día para concientizar a las personas sobre las existencias del problema que causa el ruido. Genera una serie de problemáticas no solo a nivel auditivo, sino también a nivel físico y mental”.
Entre las consecuencias de los ruidos fuertes, los pacientes suelen presentar: cefalea, riesgo de ataques cardíacos, estrés, interferencia en la comunicación y concentración, afectación del aprendizaje.
“La palabra hablada se desarrolla entre los 40 y 50 decibeles; si vamos subiendo la intensidad del ruido, se complica. El ruido aceptable es hasta 70/80 decibeles; no más de eso porque ya produce daños. Por ejemplo, para darnos una idea, la aspiradora que pasamos en la casa representa unos 70 decibeles”, advierte la profesional, quien llama la atención sobre la música muy fuerte que se escucha con auriculares.
Alejandra Maciel ha recomendado: “Esto va deteriorando la función auditiva porque se enferman las células nerviosas del oído. Las neuronas se pierden, no se recuperan. Luego esto produce una hipoacusia. Entonces, hay que crear conciencia sobre reducir los niveles de ruido. Silenciar los vehículos en las calles, disminuir el uso de bocinas, hay que enseñar a la gente. Tampoco utilizar fuegos artificiales”.
