El síndrome de Asperger es un trastorno del neurodesarrollo que se incluye dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Se trata de una variación del desarrollo que acompaña a las personas durante toda la vida. Influye en la forma en que éstas dan sentido al mundo, procesan la información y se relacionan con los otros.
Por eso, para conmemorar este día, Canal 10 rescató de su archivo una nota explicativa que le hicieron a Benicio Beledo Escolano, quien en ese entonces tenía 11 años.
Hoy Beni tiene 14 años y cursa el 4° año de la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia de la Universidad Nacional de Tucumán. Sigue con su idea fija de convertirse en un reconocido paleontólogo. Por lo tanto, ya sabe que cuando termine la secundaria su próximo paso será ser alumno de la facultad de Ciencias Naturales de la UNT.
A lo largo de este tiempo, Beni pudo lograr grandes cosas, como por ejemplo integrarse a una institución muy exigente y cumplir con el programa escolar. Pero no lo logró solo, sino acompañado de un grupo de gente que lo comprenden, incluyen y quieren. Entre ellos: su familia, sus compañeros y docentes; además de su equipo psicopedagógico. Se trata simplemente de hacer de este mundo un lugar amigable que incluya las diferencias.
“El síndrome de asperger es parte de mi y me va a acompañar para siempre”
Durante la entrevista, Beni cuenta orgulloso que es un niño distinto. Sin embargo, como todo niño “tiene los mismos derechos que los demás niños”. “El síndrome es parte de mi y me va a acompañar para siempre. A las personas como yo se les dificulta sociabilizar y tiene los sentidos más agudos, por lo tanto, sonidos fuertes o molestos me pueden llegar a enojar. A veces me angustio y no sé cómo explicar mis sentimientos… por eso les suelo pedir que me abracen para frenar mi angustia”, nos enseña Beni en el video.
Cada 18 de febrero, el mundo tiene la oportunidad de mirar con empatía y comprensión a quienes viven con el síndrome de Asperger. Conmemorar esta fecha no es solo un acto simbólico, sino un recordatorio de que cada persona, con sus diferencias y particularidades, merece ser valorada y respetada. Es un día para derribar barreras, para tender puentes de inclusión y para celebrar la diversidad que enriquece a nuestra sociedad.
La verdadera evolución no está en la uniformidad, sino en aprender a convivir con aquello que nos hace únicos. Que este día nos impulse a construir un mundo donde nadie tenga que esconder su esencia por miedo a no ser comprendido.