Antes de ser hospitalizado por una bronquitis infecciosa, el papa Francisco, mantuvo una entrevista exclusiva con el periodista Gustavo Silvestre, del canal C5N, y dejó importantes conceptos relacionados a la política y a la justicia. Con estos temas fue contundente y los relacionó con las prácticas del Lawfare, denunciadas en por distintos organismo en latinoamérica. Puso como ejemplo la destitución de Dilma Rousseff cuando era presidenta de Brasil, el 12 de mayo de 2016, y la condena y detención a 9 años de prisión, en julio de 2017, de Luiz Inácio Lula da Silva, impidiéndole participar en los comicios presidenciales de 2018.
“El lawfare empieza a abrirse camino en los medios de comunicación”, comenzó explicando Francisco al señalar que lo que se busca es “impedir que éste (por la persona señalada) llegue a tal puesto”, entonces le “empiezan a dar, lo descalifican y le meten la sospecha de un delito”, acto seguido “se hace un sumario grandísimo, en donde para condenarlo basta el volumen del sumario y no se encuentra el delito”.
En este sentido, el Papa ejemplificó, con un lenguaje sin protocolos, que así pasó con Lula y con Dilma, en donde la justicia -a pesar de las condenas- no pudo encontrarles nada:
“¿Y qué pasó con Dilma?, no pudieron, una mujer de manos limpias. Y a Lula, lo metieron en cana y tampoco pudieron. Estos quieren condenar con el humo del delito como realidad y empiezan con los medios de comunicación a dejar a la persona “offside” (fuera de juego), y después ya es fácil proceder”.
Sin nombrar a la justicia Argentina -en relación a los fallos en contra de la vicepresidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, y a la investigación que se lleva a cabo en la Comisión de Juicio Político de la cámara de Diputados a los magistrados de la Corte Suprema- el sumo pontífice destacó “que se debe alzar la voz” y que “los políticos tienen la misión de desenmascarar a una justicia que no es justa”.
Habló también sobre los pecados del periodismo y dijo que “ningún medio de comunicación puede ir adelante con las calumnias, la difamación y la coprofilia (placer experimentado al manipular). Aseveró que los medios deben ser “honestos y decir la verdad (…) pero ocultar la verdad y deformarla, no va”.
Sobre la política, Francisco, cuestionó la falta de identidad de algunos políticos aludiendo que le tiene “pánico a los salvadores de la patria, a un político que no tenga historia” y dijo que es importante saber “cuál es su pertenencia al partido” porque, cuando era chico, “la pertenencia a un partido era casi como una religión”.
Relacionado a esto, se mostró preocupado por los movimientos de ultraderecha en el mundo a la que calificó como una fuerza “centrípeta ya que no crea hacia afuera posibilidades de reformas”, y agregó que el antídoto a esta realidad es la “justicia social” para frenar estos avances.