La tradición carnívora argentina enfrentó un giro en 2024. Los asados del domingo y las milanesas en medio de la semana parecieran un lujo que muy pocos se pudieron dar. Y esto quedó demostrado en números, ya que por primera vez se come más pollo que vaca. Además, el consumo de carne vacuna cayó a su nivel más bajo en un siglo, promediando los 47,2 kilogramos per cápita.
Tucumán no está exento de los datos nacionales que marcaron un cambio en la dieta de la mayoría de los ciudadanos del país por la caída del poder adquisitivo. Según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario y organismos internacionales, los argentinos consumieron más carne aviar que vacuna por primera vez desde que existen registros.
En este sentido, el promedio anual de consumo de carne vacuna cayó a 47,2 kilogramos por habitante. Este valor es el más bajo registrado en los últimos 28 años y apenas supera el mínimo histórico de 1920. La inflación y el precio elevado de la carne bovina fueron los principales factores de este descenso.
En contraste, el consumo de pollo alcanzó los 49,3 kilogramos per cápita. Este aumento responde a precios más accesibles y a una tendencia global hacia esta proteína. Por su parte, el consumo de cerdo también creció, llegando a 17,7 kilogramos por habitante.
Miguel Schiariti, director de la CICCRA, explicó: «Con un kilo de carne vacuna se pueden comprar tres kilos de pollo o dos de cerdo. El bolsillo decide».
En este marco, Canal 10 salió a la calle para hablar con los tucumanos quienes, al igual que el resto del país, se vieron obligados a cambiar la carne vacuna por el pollo.