La situación que envuelve al presidente, Javier Milei, con los recientes hechos de $LIBRA se complejiza cada vez más. El empresario Hayden Davis, creador de la criptomoneda, aseguró que pagó sobornos a Karina Milei para obtener influencia sobre el mandatario.
Según el sitio especializado CoinDesk, Davis declaró: «Le envío dinero a su hermana y él firma todo lo que digo y hace lo que quiero». Estas revelaciones sugieren una posible manipulación de decisiones presidenciales por beneficios económicos.
El colapso de $LIBRA y sus implicaciones políticas
La criptomoneda $LIBRA experimentó una abrupta caída en su valor, generando pérdidas significativas para numerosos inversores. El presidente Milei, quien inicialmente promovió la moneda por su cuenta de X, negó posteriormente cualquier vínculo con ella.
El mandatario alegó su inocencia en una entrevista con Jonathan Viale. Horas más tarde, una filtración reveló que su asesor Santiago Caputo manipuló la entrevista para evitar que Milei diera respuestas comprometedoras. Las dudas sobre el caso crecieron.
La supuesta relación con el Gobierno
El creador de $LIBRA reveló en una entrevista con el empresario Dave Portnoy que la estafa de $100 millones «es de Argentina». Explicó que el lanzamiento de la criptomoneda seguía un plan en tres etapas: un primer tuit de Milei, un segundo video y una tercera fase con gente influyente. Según Davis, Milei borró su tuit inicial y negó su apoyo al proyecto cuando la situación se volvió insostenible. Davis reiteró que la plata no es de él, sino de «Argentina» o de alguna «asociación» o del «Gobierno».
«No creo que Milei sea corrupto, pero su entorno lo traicionó», declaró Davis. Pidió además que el vocero presidencial, Manuel Adorni, brinde explicaciones. También confirmó que hablará con alguien del Gobierno en los próximos días.
Investigaciones en curso y respuestas oficiales
Las autoridades argentinas, en colaboración con el FBI, han iniciado investigaciones para esclarecer las acusaciones de fraude y corrupción relacionadas con $LIBRA. Milei ordenó una pesquisa interna y negó vínculos, pero las denuncias aumentan la presión política y social sobre su gobierno.
