La Fiscalía Especializada en Homicidios analiza si el agente penitenciario Lucas Gaitán Soraire actuó con exceso de legítima defensa al disparar contra tres jóvenes en el parque Guillermina. La investigación busca determinar si el uso del arma fue proporcional a la situación.
El hecho ocurrió el martes pasado cuando tres personas robaron una bicicleta en la zona. El sacerdote José Abuín denunció que delincuentes lo interceptaron en la calle San Martín al 3800. Según su relato, Gaitán Soraire intervino, se identificó como policía y disparó. Uno de los jóvenes, Nelson Lautaro Pérez, murió en el acto. Otro, de 15 años, resultó herido y está fuera de peligro.
Los fiscales revisaron las cámaras de seguridad de los alrededores del parque Guillermina y entrevistaron testigos. Según fuentes judiciales, el agente penitenciario usó un arma que pertenecía a su padre, ya que llevaba solo seis meses en el cargo y aún no tenía su arma reglamentaria. En la Unidad 10 del penal de Villa Urquiza secuestraron la pistola y 12 cartuchos de nueve milímetros, compatibles con el proyectil hallado en la víctima.
El fiscal Carlos Sale ordenó la aprehensión de Gaitán Soraire para determinar si su acción fue justificada o si hubo un uso excesivo de la fuerza. La investigación también busca establecer si hubo disparos disuasivos o si el agente apuntó directamente a los sospechosos.
El abogado defensor, Javier Lobo Aragón, argumentó que su cliente actuó para proteger al sacerdote y que nunca tuvo intención de matar. «Él no sabía que había fallecido alguien. Disparó para ahuyentar a los ladrones», afirmó sobre lo sucedido en el parque Guillermina.
La fiscalía continuará recolectando pruebas para definir la situación legal del agente penitenciario. Se espera que en los próximos días se resuelva si queda detenido o si enfrenta el proceso en libertad.