Este mes comenzará a develarse cómo fue el macabro homicidio cometido contra Pablo Mariotti, en febrero del 2020. En el juicio, que inició este lunes, se tratará de probar que el joven de 36 años fue asesinado por la ambición de un grupo de personas -uno de ellos amigo desde la infancia- que quisieron quedarse con sus bienes elaborando un intrincado y siniestro plan.
Luego de tres años, Lucas Gordillo (el principal acusado), su pareja Solange “Barbie” Beltramino, Rolando “Roly” Morán, Alexis Yamil Salis, José Escudero y Ramón Manrique, estarán sentados en el banquillo por haber planificado, con varios días de anticipación, el crimen y su posterior desaparición.
La fiscalía tratará de demostrar, en ese sentido, el rol que tuvo cada uno en la planificación y distribución de tareas, con el objetivo de que – al finalizar el debate oral-, la justicia termine condenándolos por el delito de homicidio doblemente agravado por ser criminis causa y cometido por dos o más personas.
Según reconstruyó la fiscal Marta Jerez, Mariotti y Gordillo formaban una sociedad que se dedicaba al préstamo de dinero; el primero era el que ponía el capital y el segundo, se encargaba de las cobranzas. Fue en ese marco, que Gordillo y los otros cinco involucrados se pusieron de acuerdo para quedarse con sus bienes y varios títulos de propiedad, pero para eso tenían que asesinarlo.
Con ese objetivo -se desprende de la investigación-, entre los días 5 y 7 de febrero de 2020, los acusados ingresaron al domicilio de la víctima, ubicada en calle Lamadrid 1.300, y allí lo estrangularon con una soga provocándole la muerte por asfixia mecánica.
Posteriormente, en la madrugada del sábado 8 de febrero, Alexis Salis llevó al lugar una camioneta y junto a los otros imputados cargaron el cuerpo. Paso seguido, sustrajeron todos los bienes que podían sacar y para deshacerse de los rastros de evidencia que pudieran quedar, provocaron un incendio en la vivienda.
Finalmente trasladaron el cuerpo de Mariotti a un taller ubicado en Olleros al 100 y lo enterraron en un jardín de la propiedad y para despistar sobre su paradero dejaron su moto Yamaha en la zona del Ex Arsenal, en Las Taliatas.
Pero para que todo este macabro plan saliera a la luz fue fundamental el aporte de una testigo clave: La propia hermana de Gordillo. Sin embargo, como el Código Procesal Penal establece que no se puede testificar en contra de un familiar fue su propio marido, es decir el cuñado del principal imputado, el que se presentó a declarar para dar a conocer las sospechas de que a Mariotti le había pasado algo malo.
Primero contó que vio a Lucas manejando la moto de Pablo, lo que era raro ya que éste nunca la prestaba. Luego, aportó una prueba determinante: entregó uno de los dos celulares de Lucas, el del trabajo, que había quedado en su casa. En el teléfono encontró mensajes comprometedores que intercambiaba con sus cómplices; allí pudo leer y escuchar algunos audios que hablaban de “cavar un pozo”, algo que “tiene mal olor” y la posibilidad de “fugarse”.
Pero Mariotti seguía sin aparecer, hasta que finalmente -15 días después de haber sido visto por última vez- uno de los involucrados en su muerte, Yamil, se quebró y confesó en donde había sido enterrado.
El testimonio del cuñado (o podemos decir en realidad de la propia hermana) de Lucas fue fundamental para desentrañar los detalles más importantes sobre qué había pasado con Pablo y quiénes participaron en el frustrado plan para matarlo y quedarse con todos sus bienes.
Sin embargo, a pesar de tener varias pruebas para proceder, la fiscalía no reaccionó a tiempo y el principal sospechoso pudo profugarse por más de un año, hasta que fue detenido en la terminal Vieja de la provincia. Era la ficha que faltaba para sumarse a las cinco personas detenidas.
Se espera que el desarrollo del debate oral a cargo de los jueces Luis Morales Lezica, Wendy Kassar y Fernanda Bähler, dure seis jornadas y concluya el 12 de abril. El proceso incluirá la presencia de 24 testigos entre amigos y familiares de los seis imputados y de la víctima.
Pablo Mariotti, solo tiene un primo, esa es su única familia. Sin embargo, tenía muchos amigos que lo querían y extrañan. Son ellos los que se dieron cuenta rápidamente que había desaparecido y los que iniciaron su búsqueda y posterior denuncia. Hoy piden justicia y que se sepa la verdad.