La exposición al sol, si no se realiza con precaución, puede causar daños irreversibles en la piel. La dermatóloga Fabiana Argañaráz advirtió sobre los horarios más peligrosos y las mejores prácticas para protegerse. Atención con los lunares.
“Es fundamental evitar el sol desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde”, aseguró. En ese período, los rayos solares son más intensos y dañinos. Además, insistió en el uso de protector solar con factor 50 o superior. “Nunca menos”, enfatizó. El protector debe aplicarse cada dos horas, especialmente en playas o pilas.
Argañaráz también recomendó prestar atención al tipo de ropa. “Los niños deben usar sombreros, camisetas para pileta y ropa clara”, detalló. Estos medios físicos complementan el uso del protector solar y reducen el impacto de los rayos UV en la piel sensible de los más pequeños.
En relación a los lunares, destacó que la mayoría de las personas los tienen desde el nacimiento. Sin embargo, pueden aparecer nuevos lunares hasta los 30 años. “Es imprescindible controlar los lunares una vez al año con un dermatólogo”, indicó. Este control permite evaluar las alteraciones que podrían surgir por la exposición solar.
Argañaráz alertó sobre lesiones como lentigos solares y manchas de melasma, frecuentes en el rostro. “La exposición sin protección puede provocar manchas que son difíciles de tratar”, afirmó. Además, advirtió que ciertas lunas podrían malignizarse con el tiempo.
Por último, subrayó la importancia de realizar un chequeo dermatológico luego del verano. “Evaluar las lesiones en la piel es clave para detectar problemas a tiempo”, concluyó.
El sol y los lunares, mirá el video:
