Un devastador terremoto sacudió Marruecos el pasado viernes en una noche fatídica. El sismo, de una magnitud de 6.8, ya se cobró más de 2.500 víctimas. Pero a medida que se levantan los escombros aparecen más cuerpos y la cifra asciende.
La Unión Europea (UE) y las naciones del G20 ya enviaron asistencia financiera y varios equipos de rescate a la región más afectada de Marrakech, al sur del país africano. La colaboración internacional se ha vuelto esencial en respuesta a esta tragedia, destacando la urgencia y la gravedad de la situación.
«Las autoridades públicas están todavía movilizadas para acelerar las operaciones de rescate y evacuación de los heridos», expresó el Ministerio del Interior marroquí. Según la Cruz Roja Internacional, las necesidades del país son enormes.
La provincia de Al Hauz, epicentro del sismo, es la más perjudicada por el devastador terremoto, seguida de cerca por Tarudant. Ambas regiones, situadas al suroeste de Marrakech, han sido testigos de la destrucción total de numerosas aldeas como consecuencia de la violenta sacudida.
Esta catástrofe se convierte en el terremoto más mortal que Marruecos ha enfrentado desde el desastre de Agadir en 1960. En aquella ocasión fallecieron casi 15,000 personas, un tercio de la población de la ciudad.
Argentina ofrece ayuda humanitaria
La Cancillería argentina, a través de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria – Cascos Blancos (ACIAH), ha enviado un ofrecimiento formal y urgente de ayuda humanitaria al país del norte de África.
Además, se ha puesto a disposición el despliegue inmediato del Equipo Mediano de Búsqueda y Rescate Urbano (USAR) ARG 12. Este equipo, compuesto por 28 expertos altamente capacitados, ha sido entrenado según los estándares y normas del Grupo Asesor Internacional de Operaciones de Búsqueda y Rescate (INSARAG).
