Con el Miércoles de Ceniza, la comunidad cristiana da inicio a la Cuaresma. Es un período de 40 días de reflexión, penitencia y preparación espiritual para la Semana Santa. Esta jornada, marcada por la imposición de cenizas en la frente de los fieles, invita a la conversión y al compromiso con la fe, recordando el significado de humildad y renovación interior.
El arzobispo Carlos Sánchez difundió un mensaje para los fieles tucumanos. «Queridos hermanos, con este miércoles de cenizas iniciamos el camino cuaresmal hacia la Pascua de resurrección. Caminando juntos en esperanza, en este año jubilar, en un camino que significa un tiempo de conversión auténtica al Señor, pero también de conversión al hermano», expresó.
«Caminando juntos con otros, saliendo de nuestra propia zona de confort, de nuestra comodidad para poder vivir auténticamente nuestra fe y nuestra esperanza al servicio de nuestros hermanos mediante la caridad. Caminamos en esperanza, porque sabemos que Jesucristo es nuestra única esperanza», afirmó.
El arzobispo expresó su deseo de que la comunidad pueda avanzar unida siguiendo las tres actitudes que propone el Evangelio: la oración como un encuentro con el Señor, el ayuno y la abstinencia como una forma de controlar los propios impulsos, y la limosna como un acto de caridad hacia los demás. «Que María Santísima nos acompañe en este camino cuaresmal», dijo al dar la bendición.
«Las cenizas simbolizan nuestra humildad»
Por su parte, Ricardo Ledesma, sacerdote de la Iglesia San Gerardo, indicó en declaraciones a TV Prensa: «Comenzamos la cuaresma con el miércoles de ceniza. Las cenizas simbolizan nuestra humildad, nuestra precariedad».
«De hecho, se nos expresa en la celebración de hoy, ‘Eres de polvo, al polvo volverás’. El tiempo de cuaresma justamente es un tiempo de madurar y crecer en la fe. Es un tiempo de conversión, cambiar el corazón, un tiempo para volver más profundamente al Señor y participar en la Pascua», apuntó.
El sacerdote señaló que el propósito de la jornada es dar inicio a un tiempo de perdón, reconciliación, sanación interior y conversión. Además, indicó que la bendición de las cenizas representa el deseo de tener un corazón renovado para vivir una nueva Pascua en el año en curso.
