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San Miguel de Tucumán

Protesta, represión y cacerolazos: la jornada terminó con heridos y detenidos

Lo que comenzó como una marcha pacífica de jubilados terminó con enfrentamientos y una movilización espontánea hacia Plaza de Mayo. 

La jornada comenzó por la tarde con la concentración de jubilados frente al Congreso. La protesta buscaba visibilizar el reclamo por una mejora en las jubilaciones y la restitución de beneficios recortados. Hinchas de fútbol y organizaciones sociales acompañaron la convocatoria. La represión desató cacerolazos y una protesta espontánea frente a Casa Rosada. Más de 150 detenidos y varios heridos, entre ellos un fotógrafo en estado crítico.

El clima se tensó cuando efectivos de la Policía Federal y la Ciudad avanzaron sobre los manifestantes con camiones hidrantes y gases lacrimógenos. La represión dispersó a parte de la multitud, pero también motivó que otros sectores resistieran en las calles aledañas.

De Congreso a Plaza de Mayo con el ruido de los cacerolazos

Con la protesta reprimida en el Congreso, un grupo de manifestantes se dirigió hacia la Plaza de Mayo. Sin vallas de contención y con una seguridad desprevenida, la movilización llegó hasta la Casa Rosada. Luego se fueron sumando los cacerolazos de los ciudadanos que no quisieron ser indiferentes frente a la protesta y a la respuesta de la policía.

Algunos manifestantes arrojaron piedras contra el edificio, lo que llevó a un refuerzo del operativo policial. “Atentaron contra la Casa Rosada utilizando piedras que recordaban a los fallecidos por la pandemia”, afirmó el vocero presidencial Manuel Adorni en redes sociales.

La reacción del gobierno frente a la marcha

El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, justificó el accionar policial. “Las fuerzas de seguridad estuvieron a la altura de las circunstancias”, afirmó la funcionaria y denunció que la protesta había sido organizada por grupos con intención de “tomar el Congreso”. También informó que hubo alrededor de 150 detenidos y que la mayoría fue liberada en las primeras horas de la madrugada.

El presidente Javier Milei se encontraba en Casa Rosada durante los incidentes. Poco después, se trasladó a la Quinta de Olivos mientras la policía contenía la protesta en Plaza de Mayo.

El ruido de las cacerolas

La represión no apagó la protesta. Durante la noche, cacerolazos espontáneos surgieron en distintos barrios de la Ciudad de Buenos Aires. En la Plaza de Mayo, grupos de manifestantes se mantuvieron hasta la medianoche.

Entre los heridos, se encuentra el fotógrafo Pablo Grillo, quien recibió el impacto de un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza. Fue trasladado al Hospital Ramos Mejía con fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica. También resultó herida una jubilada, quien sufrió un golpe en la cabeza y debió ser asistida por otros manifestantes.

La jornada dejó un saldo de tensión creciente, con la protesta de jubilados convertida en un reclamo masivo que derivó en enfrentamientos y cacerolazos en distintos puntos de la ciudad.

*Jubilados protestaron contra las políticas del Gobierno Nacional

Espacio UNT

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