A principios del año 1982 la Junta Militar que gobernaba la Argentina ordenó la invasión de las islas Malvinas, Georgias del Sur, y Sándwich del Sur.
Es así como el 2 de abril las Fuerzas Armadas Argentinas desembarcaron en Stanley y desalojaron al Gobierno británico. La Argentina se estableció con una gobernación militar, además de una gran fuerza militar, todo ello encabezado por el general de brigada Mario Benjamín Menéndez.
En mayo y junio de 1982 iniciaron las batallas que dieron como resultado un total de 649 argentinos muertos y 255 británicos fallecidos.
El 14 de junio las Fuerzas Armadas británicas habían alcanzado las proximidades de Puerto Argentino/Stanley y la Argentina se rindió.
Un poco de historia, política y gobierno
Administrativamente, Puerto Argentino/Stanley (Stanley) es la capital del territorio británico de ultramar de estas islas, que es un territorio dependiente y no autónomo bajo administración del Reino Unido. Allí radica el convencimiento de los británicos de que las islas les pertenecen.
Para la República Argentina, que reclama la soberanía de las islas Malvinas, las islas forman parte del departamento Islas del Atlántico Sur de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, cuya capital es Ushuaia.
Disputa por la soberanía de las Islas
La soberanía de las islas Malvinas es un conflicto desde 1833 entre el Reino Unido y la República Argentina. Desde 1946 están incluidas en la lista de las Naciones Unidas de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité de Descolonización.
El objetivo es examinar la aplicación de la Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, por lo que la situación de las islas es examinada anualmente por el Comité de Descolonización desde 1965.
Para la Organización de las Naciones Unidas la soberanía está en litigio, tanto las islas como sus espacios circundantes. Aunque, hasta que ambas partes resuelvan el pleito, se acepta que continúe la administración local en manos del Reino Unido. Argentina rechaza la administración británica sobre las islas.
El continuo reclamo argentino sobre los archipiélagos del Atlántico Sur ha quedado plasmado en la disposición transitoria primera de la Constitución de 1994, que dice:
La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.
Conflicto bélico inevitable, pero predecible
El desalentador escenario político, social y económico que Argentina protagonizaba en ese entonces, funcionó como principal motivación para que la dictadura cívico-militar decidiera, de forma apresurada y sin mayores estrategias militares, realizar un acto patriótico y heroico que mejorara su imagen como gobierno. Sin embargo, el fracaso y derrota de las tropas argentinas deterioró aún más su imagen.
La realidad de la guerra de Malvinas no fue otra que la de una clara desventaja de la milicia argentina frente a las fuerzas inglesas, que estaban mejor preparadas y contaban con un armamento superior en fuerza. Nuestros soldados fueron mantenidos en precarias condiciones durante los meses en que se produjo la guerra. La falta de comida, de armamento, de comunicación, de directivas claras y coordenadas precisas, fueron moneda corriente para una misión de semejante calibre.
El 2 de abril se declaró Día de los Veteranos y Caídos en la guerra de Malvinas. Quedó asentado en noviembre de 2000, en la Ley 25.370.