“El que quiera estar armado, que ande armado. La Argentina es un país libre”, dijo la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, Patricia Bullrich, en una entrevista en el 2018. Recientemente, en el fervor de la campaña, el candidato de Javier Milei en la provincia, Ricardo Bussi, actuó en una publicidad más que explícita. El video lo muestra a él en un campo de tiro invitando a la sociedad a armarse ante la inseguridad. Frente a esto, en los últimos días nos enteramos de que alumnos de distintas instituciones –la ESEA y Escuela Técnica N°1 de Monteros- llevaron una pistola a sus cursos. Ante esta realidad, nos cabe la pregunta: ¿Cómo juega la normalización del uso de armas de fuego en la subjetividad de los jóvenes?
La psicóloga Alicia Aguilera (MP 729), en una entrevista para Canal 10 Digital, se refirió a estos dos hechos y los describió como “más que preocupantes”.
“Cada estudiante que lleva un arma a la escuela tiene una historia personal que le otorga sentido y razón de ser a su comportamiento. Sin embargo, también debemos examinar esta problemática desde una perspectiva social, considerando el lugar simbólico que se le atribuye al tema de las armas”, destacó.
La profesional describió que “el arma se convierte en un objeto de poder y en una forma de identificación”. Y que esto “ocurre especialmente en los jóvenes que están en pleno proceso de construcción de su identidad y son influenciables por las representaciones sociales que los rodean”.
“Aunque es innegable la existencia de la inseguridad, la reciente publicidad de Ricardo Bussi ofrece un modelo basado en la violencia como solución. Abordar esta problemática requiere de enfoques más profundos, difícil de discernir en la adolescencia. Ellos lo que ven es que cualquiera puede armarse, por eso esos discursos son realmente peligrosos y sobre todo si ese joven vive una situación adversa en su núcleo familiar o social”, explicó.
Cómo se debe trabajar al respecto
Aguilera reconoce que es difícil revertir lo que pasa en lo social si no hay un filtro desde los medios de comunicación. “No tendría que ser normal que un funcionario se muestre portando un arma de fuego, pero esto pasa. Hay programas, por ejemplo, que se basan en la violencia y si no, no hay rating”. Como contraposición, insistió en que “es fundamental que se internalice el sentido de lo correcto e incorrecto, lo bueno y lo malo, para poder interactuar de manera saludable en comunidad”.
“Los jóvenes, y en particular los adolescentes, se encuentran en etapas cruciales de su proceso de identificación, buscando las herramientas necesarias para completar su desarrollo. La solución implica trabajar en aspectos como la construcción de una cultura de paz, el fortalecimiento de los lazos familiares. También es necesaria la promoción de una educación que inculque valores y principios, y la generación de condiciones sociales que propicien una convivencia sana y respetuosa”, destacó.
“Resumiendo, para cambiar esta realidad, el problema debe ser abordado desde una multiplicidad de aristas: Desde la familia, la educación. Pero, sobre todo desde los medios de comunicación que hoy también cumplen un papel fundamental en la construcción de la subjetividad”, finalizó la profesional.
