La situación epidemiológica del dengue en Tucumán refleja un escenario preocupante. Según datos del Ministerio de Salud, a cargo de Luis Medina Ruiz, los casos de esta enfermedad se han disparado, superando los 15 mil. En todo el país, más de 150 mil personas se encuentran afectadas por este brote histórico.
“Se están atendiendo bastantes pacientes, aumentó la demanda en estas últimas dos semanas. Pero, con respecto a la semana anterior, esta semana estamos un poco mejor. Se están atendiendo aproximadamente entre 400 y 500 pacientes en la guardia pediátrica y entre 600 y 700 en la guardia de adultos”, precisó Alba Pieroni, directora del hospital Avellaneda.
La doctora destacó que la atención de los pacientes se realiza a través de la guardia, la cual cuenta con un equipo médico y de enfermería completo para brindar atención continua a los pacientes. Además, el laboratorio de análisis clínicos está operativo las 24 horas del día, realizando serologías de dengue para un diagnóstico ágil y preciso.
“Dentro de los pacientes que están consultando la guardia, hay un amplio abanico de edades, pero la mayoría de los pacientes son ambulatorios. Del total de pacientes que se tiene con sospecha de dengue, entre un 85 y 90 por ciento son ambulatorios y solamente quedan algunos pacientes en internaciones abreviadas”, precisó.
En este sentido, Alba Pieroni detalló: “Hemos definido en las guardias postas de hidratación con sillones, donde se le coloca el suero al paciente. Si está deshidratado, se lo revalúa, se lo controla y, si el paciente está estable, vuelve al domicilio con tratamiento y pautas de alarma y el control de laboratorio. Si el paciente no se recupera o continúa con mucha deshidratación o tiene alguna comorbilidad, la mayoría de las veces se interna”.
Según la directora, la población afectada por el dengue es variada, pero generalmente los pacientes adultos mayores con enfermedades de base pueden enfrentar complicaciones. Por otro lado, los adolescentes han respondido positivamente al tratamiento y la hidratación. En el caso de los pacientes pediátricos, tienden a deshidratarse más debido a la fiebre y los vómitos, lo que a veces requiere hospitalización para garantizar su recuperación.
