La provincia de Corrientes atraviesa un momento crítico, tanto en las zonas urbanas como en el interior profundo. Las clases hoy no comenzaron, las familias perdieron sus pertenencias y hasta quedaron sin sus casas tras el temporal que arrasó con lo que encontró a su paso y colapsó todos los servicios.
Más de 300 milímetros de agua caída impidieron que los chicos asistan a clases porque gran parte de los barrios se encuentran anegados. El intendente, Eduardo Tassano, manifestó a través de un comunicado que los servicios de agua, gas y luz fueron suspendidos por cuestiones de seguridad.
Además de las evacuaciones y anegamientos, el fuerte viento derivó en la voladuras de techos, caída de postes, muros, árboles y carteles. «Vamos a tener asistencia sin pausa, por lo menos, 48 horas», indicó Tassano en diálogo con los medios de prensa.
El Ministerio de Seguridad de la Nación, por medio de efectivos de la Prefectura Naval Argentina y la Gendarmería Nacional, llevó adelante, en coordinación Defensa Civil y la Policía de Corrientes, distintas acciones de asistencia y contención de los ciudadanos en emergencia por las inundaciones. Las fuerzas también realizan recorridas por zonas comerciales en prevención de eventuales actos delictivos.
