Desde que se anunció la devaluación en diciembre del año pasado, que llevó al dólar a $800, la carne sufrió un incremento del 30%. El dato fue confirmado por los negocios de la provincia quienes a su vez comunicaron que las ventas bajaron el mismo porcentaje.
TV Prensa hizo un recorrido por las carnicerías para hablar con los encargados. Durante las entrevistas destacaron que la situación podría ser peor, sin embargo, el hecho de que muchos tucumanos no hayan salido de vacaciones, les permite seguir funcionando. “La gente no se está yendo, así que si estamos vendiendo bien (si se lo compara con temporadas anteriores)”, explicó un carnicero.
Para tratar de sostener las ventas los negocios proponen ofertas y no seguir subiendo los precios ante el temor de perder clientela. “En este contexto, la gente se ajusta y trata de llegar porque necesitan comer”, explicó luego.
“(Los clientes) ya te dicen dame $3000 de carne para milanesa o $3000 de molida. Te piden por la plata que tienen, no vienen y te piden un kilo. Tampoco hacen la compra de la semana, sino para el día”, contó la encargada de otro local.
La mujer especificó que si bien desde diciembre no volvió a aumentar la carne, sí aumentó la luz, el alquiler y los impuestos. Igualmente aclaró que los propios locales buscan ajustarse para seguir vendiendo. “Tratamos de mantener los precios desde la suba grande que hubo durante las fiestas, nos ponemos del otro lado”, concluyó.
El aumento de la carne tras la devaluación
Desde mediados de diciembre del año pasado, la carne vacuna sigue la tendencia de remarcaciones de precios que se produjeron en los alimentos. Durante la última semana de diciembre algunos cortes registraron un incremento de hasta el 50%.
El precio del kilo vivo se ubicó en ese momento alrededor de $1.500, con lo cual la media res trepó unos $3.000. En ese contexto el precio de los cortes más populares ronda los $6.000 por kilo en promedio.