El consumo de lácteos cayó 17,3% en toneladas y del 14,4% en litros equivalentes, en el primer semestre del año, en comparación con igual periodo del 2023.
Entre enero y junio, el consumo por habitante/año bajó y se ubicó en 156,3 litros (era de 194 litros a fines de 2023), ubicándose por debajo de los 180 litros que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
Recuperación de la economía en «V». ¿Una utopía?
“En 1990 consumíamos 162 litros/hab./año. En 2000, alcanzamos un pico de 227 litros/hab./año. Después de la crisis caímos a 179 litros por habitante por año y así, fuimos recuperándonos. Al terminar el año 2019 habíamos caído nuevamente», señala el reporte.
La fuerte recesión que se vive en Argentina, no solo se siente en «los gustos» que antes solían darse las familia en tiempos de ocio.
Hoy, el estancamiento económico afecta la alimentación de chicos y grandes, siendo los primeros los más afectados. ¿Cómo podrán llevar adelante tantos años de estudios, de inicio de carreras?, se preguntan los expertos.
El análisis del Observatorio de la Cadena Láctea
Por su parte, el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), los productos de mayor valor agregado y unitario fueron los que mostraron mayores caídas, liderados por postres lácteos y flanes (-53%), leches chocolatadas o saborizadas (-45,4%), leche en polvo entera o semidescremada (-38,0%) y quesos de pasta muy blanda (-26,3%).
En cuanto a las leches fluidas, “la gente consumió menos y de la más económica» y en junio se profundizó la baja del consumo, aun de las más baratas. En la otra punta la leche en polvo descremada, destinada a un segmento de mayor poder adquisitivo, sufrió la menor caída”, afirmó el Instituto Para el Desarrollo De la Agroindustria Argentina.