Con esa frase Jorge Farías recuerda a don Carlos Rojas, el señor que vendía cubanitos en la Peatonal de San Miguel de Tucumán. Ayer, a sus 88 años, el elegante vendedor falleció en el hospital Centro de Salud.
La noticia generó tristeza en la sociedad. Es que don Rojas era parte de nuestra cultura, de nuestro paisaje urbano. Vestido de traje y moño rojo impecables, sostenía con entereza y orgullo una bandeja repleta de cubanitos rellenos con dulce de leche que ofrecía a oficinistas apurados, señoras y niños que paseaban por la peatonal y las galerías del microcentro tucumanos.
Al conocerse la noticia de su partida, sus amigos lo recordaron así. Mirá la nota.