Cada 1 de agosto, como marca la tradición precolombina, se debe homenajear a la Pachamama. Cavar un pozo en la tierra, ofrecerle los frutos de la cosecha que termina y pedirle sus favores para el tiempo que comienza. Eso va acompañado de coplas y bailes.
En la escuela Otilde Brígida Toro, de la localidad de San Javier, siguieron la tarea al pie de la letra. Los alumnos, docentes y habitantes de la zona se acercaron hasta la institución para celebrar a la Madre Tierra.
Un equipo de TV Prensa Primera Edición estuvo en el lugar y nos trajo este hermoso material.