“En una visita al CIAT vi una montaña enorme de electrodomésticos en desuso que me llamó mucho la atención”. Ese se puede decir que es el origen de una idea que se convirtió en realidad a través de un proyecto en la escuela Rafael Marino de Tafí Viejo.
El CIAT es el Centro de Interpretación Ambiental y Tecnológico. Un enorme predio ubicado en la «Ciudad del limón» donde se reciclan los residuos y se le da un nuevo uso a lo que se creía ya inútil.
El que vio esa enorme montaña fue Valentino Carrio, uno de los creadores de la impresora 3D fabricada a partir de residuos tecnológicos. Junto a él trabajaron Maximiliano Colombres, Hernán Pérez, Pablo Valdéz y Lucas González.
“La idea surgió gracias a un grupo de guardianes ecológicos que está encargado de incentivar a los jóvenes a separar la basura, reciclar, etc. Conforme pasaron los años, llegué a la escuela técnica y me sumé a un proyecto de 200 horas con la idea en la cabeza de ayudar al medio ambiente. Entonces, decidí hacer una impresora 3D con lectores de cd’s de computadoras reciclados”, explica Valentino en diálogo con Canal 10 Digital.
No es la primera vez que el CIAT y la escuela técnica trabajan en proyectos conjuntos. “Desde hace dos años, los estudiantes pueden realizar sus prácticas profesionales trabajando en el predio”, cuenta Sofía Solórzano, directora de Medio Ambiente de la Municipalidad de Tafí Viejo.
La impresora 3D aún no está en pleno funcionamiento ya que deben corregir algunas fallas. Sin embargo, Valentino y sus compañeros ya definieron su destino: “Será para fines sociales como marcos de anteojos que es algo que muchos no se pueden permitir; prótesis para humanos y animales; y juguetes para niños”.
