La desaparición de niños es una tragedia que conmociona profundamente a la sociedad. La reciente desaparición de Loan Danilo Peña en Corrientes ha vuelto a poner de manifiesto la gravedad de estos casos y nos remite inevitablemente a lo que ocurrió en nuestra provincia en 1996 con Duilio Nahuel Fernández.
Duilio: un caso que aún clama por Justicia
Duilio tenía casi cuatro años cuando desapareció el 1 de enero de 1996 en el balneario Las Salinas, en la localidad del Timbó, Tucumán. Era una jornada calurosa. Duilio, que estaba con su hermano y un amiguito, vieron a lo lejos a un heladero.
El pequeño comenzó a caminar hacia el vendedor, mientras los otros dos fueron a pedir dinero; pero cuando los chicos regresaron, ni Duilio, ni el heladero, estaban. Todo se volvió más confuso cuando en ese mismo momento comenzó un fuerte viento que levantó la tierra, por lo que todos los visitantes del balneario comenzaron a correr hacia los autos o a buscar refugio. En medio de ese caos, Duilio no apareció más.
Mientras sus compañeros volvieron a pedir dinero, Duilio y el heladero desaparecieron en medio de un fuerte viento que levantó la tierra, sumiendo a los visitantes del balneario en el caos.
Inicialmente, se creyó que se trataba de un secuestro extorsivo, ya que la familia recibió una llamada anónima pidiendo U$S 30.000 de rescate. Sin embargo, esta posibilidad se desvaneció cuando el mismo interlocutor informó que el niño estaba muerto. A pesar de que nunca se encontró su cuerpo, sí apareció su ropa, lo que llevó a una búsqueda frenética que no arrojó resultados.
Los años pasaron sin noticias de Duilio. En 2013, una nueva esperanza surgió. Fue cuando una de las hermanas de Duilio contactó a través de Facebook con un joven de 21 años que vivía en EE. UU. y que compartía características físicas con su hermano.
La investigación, realizada en colaboración con la fundación PIBE y el FBI, concluyó que el ADN no coincidía.
Han pasado 28 años desde aquel fatídico día. Duilio, que hoy tendría 32 años, sigue siendo un símbolo de la lucha incesante de su familia, que nunca dejó buscarlo.
Ojalá que con Loan no pase lo mismo. Esperemos que el tiempo no transcurra con una ausencia inexplicable. Es fundamental que la sociedad y sus seres queridos puedan tener un final en este dramático capítulo.
Qué pasó con Duilio, qué pasa con Loan… Son preguntas que sí o sí tienen respuestas, porque a los niños no se los traga la tierra.
