Este martes el ejército israelí atacó el mayor campo de refugiados de la Franja de Gaza, lo que provocó cientos de muertes que se suman a los 8.500 civiles que perdieron la vida desde que inició el conflicto.
La guerra parece no tener fin, los enfrentamientos no cesan y el número de fallecidos de ambos lados aumenta cada día.
Según Israel, el objetivo del ataque aéreo era matar al comandante del grupo terrorista Hamas, Ibrahim Biari. El hombre fue identificado como uno de los responsables del ataque masivo a Israel el 7 de octubre en el que fueron asesinados 1.400 personas y otras
docientas secuestradas.
Desde Hamas informaron que cuatro de los rehenes han sido liberados, mientras que otros 50 fallecieron por los bombardeos israelíes.
El gobierno palestino denunció la masacre que dejó cientos de muertos y heridos, entre ellos mayormente mujeres y niños.
Desgarradores testimonios
«Estaba haciendo cola para comprar pan cuando de repente y sin advertencia previa siete a ocho misiles cayeron», contó un testigo a la cadena CNN.
“Hay agujeros gigantes en el suelo, con personas muertas y partes de cuerpos esparcidos por todos lados. Se sintió como el fin del mundo», agregó.
Las Fuerzas de Defensa de Israel no confirmaron la muerte de Biari, aunque afirmaron que “el ataque impactó en un gran número de terroristas”.
De su parte, Hamas niega la presencia de sus comandantes en la zona y describieron al ataque como “un crimen horrendo contra civiles, niños y mujeres”.
La organización internacional Medicos Sin Fronteras participa en la asistencia de civiles desde comienzos del conflicto, viviendo de cerca los horres de la guerra.
Ante el bombardeo de hoy, expresaron: “Estamos horrorizados por las noticias que llegan desde el campamento de Jabalia”.
“Muchos heridos llegaron al hospital Al Shifa, donde nuestros equipos ayudaron a brindar atención médica de emergencia» comentaron desde la agrupación.