La industria textil argentina enfrenta una grave crisis. Más de 5,000 empleados fueron despedidos y otros 10,000 suspendidos. Las empresas evalúan cómo continuar la producción en medio de esta situación alarmante.
La Fundación Pro Tejer, en su reciente informe, comparó los bimestres mayo-junio de 2023 y 2024. Encontraron que el sector textil vive una situación crítica. En este sentido, señalaron que casi el 80% de las empresas reportaron una caída promedio del 40% en ventas y producción interanual.
Además, el 76% redujo la utilización de su capacidad instalada, cayendo un 29%. Un 45% de las empresas tuvo que reducir su personal en junio respecto a diciembre de 2023, promediando una caída del 16%.
Los crudos números indican más de 5,000 trabajadores despedidos y 10,000 suspendidos. En los últimos tres años, la industria realizó inversiones récord, superando los USD 1,400 millones, pero actualmente, 6 de cada 10 máquinas están paradas.
Disminuyen las inversiones en la industria textil
El 84% de las empresas decidió no realizar nuevas inversiones. El 40% enfrenta dificultades para cubrir gastos corrientes. Un preocupante 81% considera que es difícil ganar mercados en el exterior con el actual tipo de cambio. Un 90% de las empresas que redujeron producción lo atribuyen al cambio en el poder adquisitivo de la población.
Los efectos en el control aduanero y en el consumo fueron determinantes para esta situación. Sobre todo a partir de que el Gobierno eliminó el etiquetado de productos textiles y calzado importados. Dicho contexto genera gran incertidumbre. Por ejemplo, Topper Tucumán frenó su producción por exceso de stock.
Alejandro Muñoz, empresario de esta firma, tuvo que despedir a 90 empleados. Muñoz afirmó que la caída del consumo y las facilidades para la importación amenazan con destruir la industria textil nacional.
La situación en La Rioja es similar a la de la pandemia. El parque industrial opera al 30%. Juan Serrano, vicepresidente de la Unión de Industrias Riojanas (UNIR), declaró que están en una instancia de supervivencia, produciendo lo mínimo. Mantener la planta parada es más caro que producir a baja capacidad. Las empresas que proveen al mercado interno son las más afectadas.
