La inflación es la pérdida de valor de una moneda y en este último tiempo lamentablemente, un claro ejemplo de ésto es la Argentina. Por este motivo los pesos argentinos alcanzan «para poco y nada» y dicha afirmación no surge de las estimaciones privadas, sino de lo que percibimos cada vez que adquirimos un bien o servicio: misma cantidad de dinero, menos bienes o servicios.
En abril la suba de precios en Argentina fue la más alta de los últimos 32 años y se espera que en mayo, aquel 8,4 % del cuarto mes del año, sea superado con creces apenas el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) lo haga público. Según el reconocido economista Pablo Pero, la escasez de confianza que sufre un gobierno, inmediatamente se traslada a la economía.
«La gente no tiene confianza en el gobierno, por ende no cree en la moneda de ese gobierno y trata de desprenderse rápidamente de esos pesos. Como en un círculo vicioso, ésto genera más inflación aún. Para que la menda argentina tenga valor, el gobierno debería hacer de esos pesos un bien más escaso».
En resumidas cuentas, el círculo «virtuoso» en este caso sería dejar de emitir y para que ésto ocurra, los funcionarios deberían achicar los gastos del Estado, dijo el experto en diálogo con Canal 10 Digital. En tal sentido, el economista Pablo Pero añadió que no tiene precedentes lo ocurrido con los alimentos que han mostrado, en el último año y medio la mayor suba de las últimas décadas.
«El gobierno puso trabas una vez más en el sector de los alimentos: hablo de retenciones, trabas al sector, precios regulados. La industria se contrajo y faltó la comida. ¿Qué sucedió entonces? Menos alimentos en la calle, más caros para el usuario o consumidor», detalló Pero.