El clima de alegría de los hinchas xeneize en Brasil se vio empañado desde un principio. Los días previos al encuentro fueron reprimidos por la policía y atacados por los seguidores del equipo fluminense, en las playas de Copacabana. Todo hacía presagiar que lo mismo pasaría en la fecha del encuentro.
Tal como se anunció, en los alrededores del Maracaná, en la ciudad de Río de Janeiro, se montó un importante operativo de seguridad. Cerca de las 14.00, sin saber todavía el por qué, la policía comenzó a reprimir y a tirar gases lacrimógenos a los argentinos que intentaban ingresar.
Las imágenes mostraron a los efectivos montados a caballo y con sable en mano amedrentaban a la multitud en la que se encontraban familia con niños. Menores llorando y padres desesperados completan el triste panorama de la violento proceder policial.