Los jubilados argentinos enfrentan un desafío económico cada vez mayor, según un informe reciente de la Defensoría de la Tercera Edad. La Canasta Básica de los Jubilados ha escalado un 239% en los últimos 12 meses, alcanzando un valor de $685.041. Esto representa un aumento del 118,73% en comparación con el año anterior.
El impacto de la inflación y el ajuste en los haberes jubilatorios está afectando significativamente el poder adquisitivo de este sector de la población. Los $685.041 necesarios para cubrir los gastos básicos mensuales de los jubilados contrastan fuertemente con las pensiones mínimas. Estas oscilan entre $134.445 y $204.445, incluso incluyendo bonificaciones.
Incluso con el reciente aumento del 27,18% en marzo, las jubilaciones siguen rezagadas con respecto a la inflación, que alcanzó el 36,6% en el primer bimestre del año. Este desfase entre los ingresos y los costos básicos de vida pone a los jubilados en una situación financiera precaria.
Los rubros que componen la Canasta Básica incluyen alimentos, limpieza, medicamentos, vivienda, transporte, recreación, vestimenta y servicios, entre otros. Los jubilados se enfrentan a dificultades para cubrir estos gastos con los ingresos actuales.
El gobierno está considerando una nueva fórmula de aumento para los haberes jubilatorios. Esto con el objetivo de proteger el poder adquisitivo de los jubilados y garantizar el equilibrio fiscal. Manuel Adorni, vocero presidencial, ha adelantado que la nueva fórmula buscará evitar que los jubilados sigan perdiendo contra la inflación, en línea con las preocupaciones de todos los sectores involucrados.
El debate sobre el bienestar económico de los jubilados continúa, mientras el gobierno y los legisladores buscan soluciones para abordar esta creciente brecha entre los ingresos y los costos de vida de este sector vulnerable de la población.