Durante esta mañana, empleados de Topper realizaron una manifestación en defensa de un compañero, que había sido despedido sin causa hace cinco días.
El viernes pasado, el jefe gerente, Daniel Ango, notificó al trabajador de su destitución. Según el empleado, Ango explicó que “no tenía ninguna causa, al contrario, había sido eficiente”.
“Necesitaban acomodar gente en la empresa, entre eso el personal, y yo no encajaba en ese orden”, comentó el empleado sobre la justificación que recibió.
No se manifestó por ningún medio escrito la desvinculación del trabajador a la empresa, por lo que se presentó hoy y le negaron la entrada a la planta.
Uno de los manifestantes expresó: “No lo dejaron ingresar tanto así con un cordón policial, lo cual lo veo innecesario porque nadie viene a pelear”.
La situación personal del hombre despedido es delicada. Está a cargo de su familia; tiene un hijo con una discapacidad tan poco frecuente, que es el único caso del país.
El niño depende de la obra social para disponer de medicamentos y aparatos gratuitos que no pueden costear. “Con esto no sabemos cómo vamos a seguir”, lamentó su madre.
“Por eso estoy acá manifestándome. Pido que me reincorporen en la empresa”, remarcó el trabajador, cuya destitución resulta crítica para su hogar.