Como cada año, la ruta nacional 38 se convierte en el escenario de una impresionante peregrinación protagonizada por fervientes creyentes. El objetivo final es llegar a la capital de Catamarca para rendir homenaje a la Virgen del Valle.
Impulsados por la profunda fe que los caracteriza, miles de peregrinos emprenden su viaje desde todos los rincones de la provincia. Transitar este camino es considerado como un acto de devoción a la Virgen Morenita que une a la comunidad en una experiencia espiritual única.
Personas de diversas localidades de Tucumán comparten la misma determinación de llegar a Catamarca para participar en las festividades en honor a la Virgen. Los peregrinos quieren pedir, pero también agradecer.
«Voy a cumplir una promesa, agradecer que mi nieta esté bien. Este es el tercer año que voy. Siempre vale la pena. Lo importante es superarse, es voluntad y tener un poco de fe y llegar, lo importante es llegar nada más», aseveró uno de los peregrinos.
Otro de los creyentes comentó: «Vamos bien. Es mejor caminar así (con lluvia) que con sol. Yo tengo una promesa de por vida. Hace 11 años que voy».
«Voy a pedir, también a agradecer por un año más de vida. Me viene acompañando (la Virgen) todo este año y nunca me dejó solo. Siempre lo que le pido, me cumple», aseguró otro peregrino en declaraciones a TV Prensa.