La licenciada Fabiana Lavaque, presidenta del Colegio de Psicólogos de Tucumán, habló con Canal 10 Digital para referirse a la compleja realidad que atraviesa el sector. Por empezar, entiende que plantear la problemática de la salud mental en términos del pago de un bono «es funcional» al sistema, ya que abarca muchos otros puntos necesarios para brindar un mejor servicio.
«Aquí existe otra realidad que debe discutirse. Por ejemplo, para sacar un turno, la gente debe peregrinar. Los colegas están sobrecargados de trabajo y no hay dispositivos para tratar de manera óptima la cantidad de enfermedades que salieron a la luz después de la pandemia», resumió la profesional. En este sentido, informó que el número de psicólogos creció en la provincia. Sin embargo, agregó que desde la entidad colegiada reconocen que, aún, no son suficientes. En total son 3.000. En nombre de sus colegas,
Lavaque remarcó que para un tratamiento adecuado de patologías, como la depresión o los ataques de angustia y ansiedad, no solo falta personal, sino también dispositivos de atención. Por ejemplo, turnos vespertinos en los hospitales, más espacios «de medio camino», entre otros.
La presidenta de la entidad colegiala confirmó que mantuvieron una reunión con el secretario de Salud, Miguel Ferré Contreras y que el resultado del encuentro fue positivo. «Se comprometió a abrir una mesa de diálogo, no para que los psiquiatras ganen menos, sino para que nosotros trabajemos mejor».
Reconoció que una de las dificultades con las que se encuentra el Sistema Público de Salud es que no consigue profesionales que quieran trabajar por la tarde. Al respecto, Lavaque, contó que ella misma se comprometió con las autoridades provinciales a colaborar en la búsqueda de colegas para cubrir esas horas.
Otro de los aspecto necesarios es que también están faltando médicos psiquiatras. «Cada vez se reciben menos psiquiatras y hay tareas en las que nosotros no podemos reemplazarlos, tales como la prescripción de un medicamento», dijo.
Los profesionales no dan a basto para antender los problemas de salud mental que disparó la pandemia
Lavaque también hablo sobre las consecuencias que tuvo el Covid en la sociedad. Se sabe que el encierro dejó sus secuelas: más gente deprimida, pacientes con ataques de pánico y angustia. Además de la dependencia que se generó con los dispositivos electrónicos impactando negativamente en la salud.
Uno de estos fue la depresión. Se trata de una enfermedad mental, «de un estado en el que las personas no le encuentran sentido a la vida. Hay pérdida de interés por las actividades que antes le gustaban y los lazos afectivos. Dejamos caer todo eso que antes tenía valor».
Si bien la pandemia permitió que se empiece a hablar de angustia, ansiedad y de ataques de pánico, todas estas patologías debieron ser tratadas por los profesionales de la salud mental. Y, como explicó Lavaque, los psicólogos y psiquiatras no eran suficientes para acompañar esta realidad.
«Por todo este cuadro tan complejo es que necesitamos más gente trabajando. El ausentismo en los lugares de trabajo por parte de psicólogos se ha incrementado notablemente. Nos estamos enfermando», concluyó.
