Este miércoles, la Secretaría de Industria y Desarrollo Productivo encabezó la firma del contrato entre la empresa Impsa y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) para la fabricación de componentes auxiliares del reactor nuclear de potencia Carem, el primero diseñado y construido íntegramente en la Argentina. Esto perfila a Argentina como uno de los países líderes en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia a nivel mundial, y proyecta un gran potencial exportador.
El CAREM, cuya primera versión será capaz de generar 32 megavatios eléctricos, pertenece al segmento de reactores modulares de baja potencia (SMR, por sus siglas en inglés), los cuales jugarán un rol fundamental como energía de base en el proceso de transición energética hacia tecnologías de generación libres de dióxido de carbono (CO2). En ese contexto, la Argentina cuenta con uno de los pocos SMR del mundo en estar efectivamente en construcción (y con un importante grado de avance físico, superior al 62%), lo cual posiciona al país como un indudable referente mundial de este tipo reactores, potenciando a su vez el desarrollo de una cadena de valor local que fortalecerá futuras exportaciones de esta clase de tecnología.
«Este proyecto contribuye a que el país promueva pequeñas y grandes empresas del sector nuclear con personal calificado», aseguró la presidenta de CNEA e indicó que «el desarrollo tecnológico argentino es importante para generar una matriz de producción de mayor componente tecnológico con manufacturas de mayor valor agregado».
Con más de 40 años de experiencia en energía nuclear, IMPSA es una de las tres empresas en Latinoamérica que cuentan con la certificación nuclear ASME N, pero es la única que certificó con diseño propio, no de terceros.