Apenas se anunció la sede de la final entre San Martín de Tucumán y Aldosivi por el ascenso a Primera División, los alrededores del estadio de La Ciudadela se llenaron de hinchas. El objetivo: conseguir una entrada para ver el duelo en Rosario.
Los más fanáticos llegaron el lunes a las 20 y pasaron toda la noche en la puerta de la cancha. Otros se acercaron con las primeras luces del día. Todos esperaron estoicos bajo el caliente sol hasta que abrieron las boleterías.
Entre todos esos hinchas ilusionados con ver al Santo en primera había un nene de seis años. Vestido con la camiseta alternativa del club, cargaba una maqueta hecha de telgopor que simulaba ser una cancha. Adentro había patitos kawaii, todos con los colores rojo y blanco.
«¿Para qué trajiste la maqueta?», le preguntó Federico Barbá en una nota para TV Prensa. «Para verder «, respondió tímido el pequeño, mientras esperaba paciente su turno para adquirir la entrada.
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