Las vacaciones de invierno de 2024 dejaron un saldo negativo en el sector turístico argentino. Según datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), 4,9 millones de turistas viajaron por el país, un 11,9% menos que el año pasado. El gasto total se situó en $1,2 billones. Esto representa una caída del 22% en comparación con el mismo período de 2023, ajustado por inflación.
La estadía promedio se redujo de 4,5 a 4,1 días y el gasto diario fue de $60.000 por persona. A precios constantes, esto significa una disminución del 3% respecto al año anterior. El descenso en el turismo afectó especialmente a Tucumán y otras provincias, que vieron mermada la presencia de visitantes y el flujo económico derivado del turismo.
Vacaciones de invierno en Tucumán
Tucumán experimentó una reducción si se la compara con el año pasado. Las estancias más cortas y el menor gasto diario impactaron severamente en los ingresos de los negocios locales. El receso invernal finalizó con un promedio de 58% de ocupación hotelera, que se distribuyó de la siguiente manera: 75% Yerba Buena, 67% Tafí del Valle, 63% San Miguel de Tucumán, 59% Cadillal y 55% Tafí Viejo.
El panorama en otras regiones para estas vacaciones no fue mucho mejor. En la Provincia de Buenos Aires, destinos populares como Mar del Plata reportaron una ocupación hotelera del 55%, significativamente inferior al año anterior. La Ciudad de Buenos Aires, pese a mantener una oferta variada de actividades, registró una disminución de entre 10% y 15% en la llegada de turistas.
Córdoba, aunque logró atraer a 550.000 turistas, no escapó a la tendencia de estancias más breves y menor gasto per cápita. La situación se repitió en lugares como Mendoza y Río Negro, donde destinos turísticos de renombre como San Rafael y Bariloche vieron una ocupación hotelera por debajo de lo esperado. Bariloche, en particular, cerró el mes con una ocupación del 70%, lejos del 95% alcanzado en 2023.
Las causas de este retroceso en las vacaciones de invierno son múltiples. La crisis económica, la inflación y la falta de incentivos como el programa PreViaje se mencionan entre los factores más influyentes. El desdoblamiento de las vacaciones escolares, que buscaba distribuir de manera más equitativa el flujo turístico, no logró revertir la tendencia general de caída.
