La epidemia de dengue ya se cobró 11 vidas tucumanas; las nuevas muertes, que se produjeron en las últimas horas, implican a dos mujeres. Si bien el número de casos llegó a tocar casi los 44 mil, se nota una tendencia a la baja.
Este es el panorama que se analizó ayer por la tarde en una nueva sala de situación encabezada por el ministro de Salud, Luis Medina Ruiz. En la oportunidad, el funcionario informó que se está observando una leve disminución en los contagios y una meseta un poco más baja. Especificó, a su vez, que se registran mil casos diarios de cuadros febriles por guardia.
“Ya estamos viendo las salas de espera más descomprimidas y con más fluidez de pacientes. Notificamos para la semana anterior unos 3.700 casos, a los que se les suman otros 6.000 de semanas anteriores. Esta disminución no es significativa así que no debemos confiarnos”, detalló Medina Ruiz.
En este sentido, instó a la sociedad a estar atenta a los síntomas: “Aquel que no tiene la capacidad de hidratarse, debe realizar una consulta para recibir el tratamiento oportuno con hidratación parenteral. La otra complicación grave de este cuadro es la hemorragia, y ante eso también hay que consultar”.
Por su parte, la directora de Epidemiología, Romina Cuezzo, se refirió a los números totales registrados en la provincia. En este sentido, especificó que ya hay más 39.382 casos y que se superó el peor momento, teniendo en cuenta que hace un par de semanas se viene notando un descenso.
“Sin embargo, aún tenemos una alta proporción de casos activos, por lo tanto, todavía estamos en alerta por una alta circulación viral. Son ciertos departamentos, como capital, Cruz Alta y Yerba Buena, los que vienen teniendo mayor afectación. Es importante sostener las medidas de prevención”, agregó.
Se contabilizan 11 muertes hasta el momento
La Dirección de Epidemiología informó el fallecimiento de dos mujeres, que totalizan unas 11 muertes en lo que va del año. La proporción de personas con cuadros graves no es muy elevada para esta patología, pero existe la posibilidad de que algunos, en función de la respuesta inmune, puedan tener cuadros severos e incluso fallecer. En ese sentido se refuerza la importancia del control de los signos de alerta.
