El 20 de junio se celebra el Día de la Bandera. Ese día, pero de 1820, en la ciudad de Buenos Aires murió Manuel Belgrano, su creador y uno de los próceres más respetados de la historia argentina.
En 1811, el Primer Triunvirato nombró a Belgrano como jefe de los Patricios, la milicia que se había formado para defender Buenos Aires durante las invasiones inglesas.
En 1812, ese órgano de gobierno le da la orden a Belgrano de establecer dos baterías de cañones a orillas del río Paraná, en la villa del Rosario. En ese contexto, Belgrano pide permiso al Triunvirato para que las tropas lleven un distintivo celeste y blanco para diferenciarse del enemigo. Le conceden el pedido.
Sin embargo, Belgrano se animó a ir por más, a pesar de las negativas del gobierno porteño. Escribió una carta explicando que: “Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé a hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional”.
El Triunvirato se opuso a la medida porque implicaba un paso más en la ruptura de las relaciones con la monarquía española, algo que no estaba en los planes de los moderados porteños. Pero la respuesta de los triunviros llegó tarde. El 27 de febrero de 1820, a orillas del río Paraná, la bandera celeste y blanca se izó por primera vez en suelo sudamericano.
En 1938 se decidió que el día de la muerte de Manuel Belgrano iba a ser un feriado nacional, el Día de la Bandera. Ese mismo año, además, se comenzó a construir en Rosario el monumento que hoy rinde homenaje a la obra y a su creador.