Hoy comienza en todo el mundo la semana de la Lactancia Materna. Una oportunidad que los especialistas aprovechan para concientizar sobre la importancia de amamantar a los niños durante los dos primeros años de vida pero, exclusivamente, durante los primeros seis meses.
Amamantar también es bueno para la madre. Previene enfermedades y favorece la relación con su hijo. La teta es como un abrazo: un momento de encuentro y contacto.
La leche materna se va a ir adaptando a lo que el bebé necesita. En esto radica una de las mayores bondades de esta práctica.
La leche materna es más segura e higiénica, nunca es de mala calidad. Está siempre disponible a la temperatura justa y contiene la mayor cantidad de nutrientes que el pequeño necesita.
A través de la leche, la madre transmitís a su bebé factores de protección (“anticuerpos”) que lo protegen contra las enfermedades más comunes, hasta que sea capaz de formar sus propias defensas.
Los bebés que reciben la teta no solo sufren menos enfermedades infecciosas (respiratorias, diarreas, etc.), sino que también tienen menos probabilidades de padecer, cuando sean grandes, enfermedades crónicas como obesidad, diabetes y cáncer (/salud/glosario/cáncer).
La Lactancia Materna y el ámbito de trabajo ¿son compatibles?
Para dar el pecho al bebé es necesario que, al igual que la madre, esté cómodo y bien ubicado. En casa, las mujeres cuentan con la ayuda de familiares, por ejemplo. ¿Pero en lugares como el ámbito de trabajo, se puede ejercer este derecho y también obligación de manera óptima?
Cuando la mamá debe retornar al ámbito de trabajo y debe separarse de su hijo, puede sacarse leche y que otra persona quede a cargo de la alimentación del pequeño. En Argentina, la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo, en su artículo 179, establece lo siguiente:
«Toda trabajadora madre de lactante podrá disponer de dos (2) descansos de media hora para amamantar a su hijo en el transcurso de la jornada de trabajo, y por un período no superior a un (1) año posterior a la fecha del nacimiento, salvo que por razones médicas sea necesario que la madre amamante a su hijo por un lapso más prolongado.»