El cannabis, conocido como marihuana, es la droga de mayor consumo y cultivo del mundo debido a sus múltiples usos en medicina y uso recreativo. Una de las preocupaciones que surgieron en los últimos años son sus efectos en el sistema reproductor masculino y, como consecuencia, el efecto en la reproducción humana.
Por este motivo, convocan a voluntarios, entre 16 y 45 años que consuman cannabis en cualquiera de sus formas, a participar de un estudio gratuito y anónimo. Brindarán un código para retirar el resultado de la muestra en el caso que desee. Los interesados pueden escribir a fedebonilla@yahoo.com o comunicarse al 3815527316.
«Cannabis sativa, indica o ruderalis son plantas que se usaron durante seis mil años por diferentes culturas y luego sufrió una prohibición de aproximadamente 80 años; es decir, se ha usado durante seis mil años y después estuvo prohibida durante 80. La prohibición del cannabis se dio en 1937 en Estados Unidos y prosperó en el Congreso estadounidense justamente a partir del racismo imperante en la época», explicó Federico Bonilla, director del laboratorio de embriología del servicio de Medicina Reproductiva de la Maternidad, a Canal 10 Digital.
En este sentido, Federico Bonilla precisó: «En la década de los 60, un bioquímico israelí, Raphael Mechoulam, logra aislar un cannabinoide, uno de los 400 compuestos químicos que hay en las plantas y que es el llamado THC que es el que tiene el efecto psicoactivo. Más tarde, en la década de los 90, se descubre el sistema endocannabinoide en el humano y este sistema participa en muchos procesos fisiológicos del estado de ánimo, hambre, sueño, entre otros procesos biológicos».
«Es decir que la planta y nosotros compartimos ciertos grupos químicos, así es que se descubre un compuesto, en el caso del humano se llama anandamida. Desde que apareció la ley 27.350 en la Argentina, se estableció un marco regulatorio para la investigación médica y científica en el uso medicinal terapéutico y o paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados», afirmó.
Federico Bonilla informó que «el cannabis, socialmente conocido como marihuana, es una de las drogas psicoactivas más empleadas en la actualidad para uso recreativo». «Actualmente, su cultivo, a nivel mundial, creció exponencialmente debido a sus múltiples propiedades medicinales. Entonces, se empezó a investigar mucho el tema del cannabis medicinal. Sin embargo, no se conocen a ciencia cierta sus efectos a nivel de diferentes órganos y es lo que estamos haciendo actualmente que es estudiar el efecto del cannabis, empleado como drogas ya sea recreativa o medicinal, sobre el espermatogénesis es decir, la formación de los espermatozoides».
«Existe mucha controversia respecto a la relación entre el cannabis y el aparato reproductor masculino. Lo que estamos haciendo es reclutar voluntarios entre 16 y cuarenta y cinco años que son usuarios del cannabis, ya sea cannabis recreativo medicinal. Les pedimos que contesten una encuesta y, de esa manera, estudiamos algunos parámetros en su muestra de semen. Al nivel de laboratorio, logramos aislar algunos cannabinoides presentes en las plantas y usarlos en ensayos in vitro para conocer cuáles son sus efectos sobre la interacción de los espermatozoides y una cubierta del óvulo que se llama zona pelúcida», apuntó el Profesor adjunto de la Cátedra de Biología de la Facultad de Bioquímica.
Continuando con la explicación, Federico Bonilla subrayó: «Esta interacción es crucial para que se lleve a cabo la fecundación, es decir, hay un antes y un después de dicha unión. Si el espermatozoide no se une a la zona pelúcida directamente no se produce la fecundación del ovocito. Hasta ahora, tenemos resultados preliminares, pero estamos viendo una tendencia de que estos espermatozoides pretratados con cannabinoides y después incubados con esta zona pelúcida presenta una cierta dificultad para unirse».
Federico Bonilla asegura que, en unos meses, los estudios arrojarán resultados más avanzados. En esta investigación, está acompañado por Santiago Jiménez, estudiante de medicina, y Lucía Cortez, estudiante de bioquímica.
