El 21 de septiembre, mientras en gran parte del país se celebraba el Día de la Primavera, en Tucumán se vivía una experiencia completamente diferente. La naturaleza fue protagonista, pero esta vez no como un mero espectador, sino como el desafiante escenario de una competencia única: el Extremo Tucumán Tafí.
El evento reunió a más de 500 corredores que se enfrentaron a las imponentes montañas, ríos y senderos que unen Yerba Buena con Tafí del Valle.
Una carrera para los valientes
A las 5 de la mañana, cuando la mayoría aún dormía, los corredores más valientes ya estaban listos en la línea de salida. Los 75 kilómetros de recorrido desde la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta), en Yerba Buena, prometían ser un reto titánico. A las 7, el puente del Siambón fue el punto de partida para los competidores de 45 kilómetros, mientras que el resto de las categorías arrancaron a las 10 desde el Club de Veraneantes.
Eugenio Nidrych, organizador del evento, no escondió su satisfacción por el éxito de la jornada. «Logramos fusionar el deporte con un entorno natural inigualable», comentó. Los participantes no solo debían superar la distancia, sino también enfrentarse a empinadas cuestas, cruzar ríos y abrirse paso entre las montañas. Todo en un marco natural que hizo que cada paso valiera la pena.
El Extremo Tucumán no es una carrera para cualquiera. Los ganadores fueron atletas que demostraron no solo resistencia física, sino también una gran fortaleza mental. En la categoría más larga, de 75 kilómetros, Carlos Morales y Silvina Valiño se llevaron el primer puesto. En los 45 kilómetros, Pablo Desantis y Marcela Casadey dominaron la prueba. Kevin Duré y Caterina Borghese brillaron en los 21 kilómetros, mientras que Santino Vedia y Graciela Zurita se impusieron en los 10 kilómetros.
Extremo Tucumán: Un desafío que marcó a los participantes
Los corredores no solo se llevaron el reconocimiento por su esfuerzo, sino también una experiencia inolvidable. Cada uno de ellos, sin importar la categoría en la que compitieron, enfrentó una lucha personal. Desde la resistencia física hasta el dominio mental, cada paso fue una prueba. Al final, la satisfacción no se midió solo por la posición en la tabla de resultados, sino por haber sido parte de una aventura que los conectó con la naturaleza y con sus propios límites.