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San Miguel de Tucumán

El progresismo salió victorioso en las elecciones presidenciales de Guatemala

En un inesperado giro el candidato del partido Movimiento Semilla, Bernabé Arévalo emerge como el triunfador en la segunda vuelta electoral.

Con un asombroso 58,9% de los votos contabilizados de más del 96% de las mesas, Bernardo Arévalo, que se autodefinió como el «candidato anticorrupción», logró conquistar a la mayoría del electorado. Prometió en este sentido, ofrecer un cambio radical a la política tradicional del país.

La ex primera dama Sandra Torres, en representación de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), alcanzó el 36,3% de los votos. A pesar de su trayectoria como partido socialdemócrata, la UNE se había inclinado hacia posiciones conservadoras. Por lo que quedaba vinculada al continuismo del gobierno actual.

Arévalo, con antecedentes como exdiplomático y descendiente del expresidente Juan José Arévalo, logra sorprender en la primera vuelta. Ninguna encuesta había anticipado su ascenso a la siguiente fase. Lo que resalta el descontento de la población ante los recurrentes casos de corrupción en el Estado. Además de denuncias de fraude y autoritarismo, así como la reprobación del sistema vigente.

Desde ese punto crucial, el partido de Arévalo enfrentó investigaciones legales debido a posibles irregularidades en su formación. A pesar de estos obstáculos, logró sortearlos y asegurar su participación en esta segunda ronda electoral. Con todos estos avatares Arévalo marcó  un hito en la política guatemalteca.

Espacio UNT

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