Este jueves despedimos a una de las figuras más emblemáticas en lo que respecta a la cultura y el cine nacional. A sus 98 años, falleció Manuel Antín.
Fundador de la Universidad del Cine y mentor de destacados directores como Damián Szifrón, Ana Katz, Pablo Trapero y Santiago Mitre, Antín fue la pieza clave para la formación del llamado Nuevo Cine Argentino en la década de los 90s.
Nacido el 27 de febrero de 1926 en Las Palmas, Chaco, Manuel Antín fue mucho más que un cineasta: fue guionista, productor, dramaturgo y poeta.
Su extensa y variada filmografía ha contribuido a una construcción nueva del séptimo arte, para el año 1960, en que tomaban lugar las producciones latinoamericanas.
Antín dirigió y produjo numerosos largometrajes que marcaron un antes y un después en la cinematografía argentina. Entre sus obras más destacadas se encuentran Don Segundo Sombra (1969) y una trilogía de adaptaciones cinematográficas basadas en la obra de Julio Cortázar: La cifra impar (1962), Circe (1964) e Intimidad de los parques (1965).
La construcción de un nuevo cine
El cineasta tuvo también un papel importante en lo que implicó el retorno a la democracia en lo audiovisual. El 10 de diciembre de 1983 Raúl Alfonsín lo puso al frente del por entonces Instituto Nacional de Cine (hoy, INCAA).
Desde su función, eliminó el Ente de Calificación Cinematográfica que durante la dictadura militar cumplía la función de cortar y prohibir películas.
Uno de sus mayores aportes fue fundar en 1991 la Universidad del Cine (FUC), que se convirtió en un pilar esencial para la educación y producción cinematográfica en Argentina.
Hoy despedimos a un talento único que permitió a una cultura nutrirse de nuevos conocimientos, y cuyo legado permanece en los cineastas que formó y la tradición cinematográfica que deja.
Su influencia y su obra perdurarán en el tiempo, con una marca indeleble en la historia del cine argentino y en la memoria colectiva.
