Nadie podría atreverse a negar que los alimentos que contienen harinas (especialmente de trigo), son tentadores y adictivos. Pero, aunque cueste asumirlo, tienen un valor nutricional prácticamente nulo y no son beneficiosos para una dieta saludable.
Dejar de lado una tentadora pizza o un budín puede hacer una gran diferencia, y el cuerpo puede agradecer de manera temprana el hecho de no «contaminarlo» más con harinas refinadas.
Si la conducta se repite por varios días, el efecto puede ser notable en el cuerpo y en la salud en general. Las harinas son la fuente principal de carbohidratos y su eliminación puede desencadenar cambios significativos.
Luego, con el correr de las horas, se podrán notar mejoras en la digestión. Las harinas carecen de fibra, y al eliminarlas, el sistema digestivo puede funcionar de manera más eficiente, reduciendo la hinchazón y el malestar abdominal.
En cuanto al peso, es probable que percibir una ligera pérdida de peso en una semana, ya que la eliminación de harinas puede reducir la ingesta de calorías vacías y provocar una disminución en la retención de agua.
También es posible experimentar una mayor estabilidad en los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ayudar a controlar los antojos de comida y prevenir picos de insulina.
Y vos, después de conocer esto ¿qué vas a hacer? ¿Serás capaz de mermar el consumo de harinas?
