Juan Ignacio Valenzuela, Juani, se convirtió en un gran lector desde pequeño. Esta experiencia lo llevó a soñar y a convertirse en un niño escritor. Con tan solo 8 años, ya tiene su primer libro llamado ‘El mundo gamer de Eric’. Actualmente ya va por su segunda obra, que también sigue las aventuras de Eric.
En una entrevista con Canal 10 digital -luego de haber estado en el piso del programa El Recreo- Juani, oriundo de Simoca, cuenta que comenzó a leer antes de cumplir cuatro años. Su madre asegura que siempre fue un niño curioso, devorador de libros infantiles. Con el tiempo, pasó de cuentos breves a historias más complejas. Entre sus lecturas más memorables destaca Charlie y la fábrica de chocolate, de Roald Dahl, un libro de 258 páginas que le marcó profundamente.
“El Principito también me encantó”, confesó Juni. Aunque lo leyó por internet porque no encontró el libro físico, sus enseñanzas quedaron grabadas en su corazón. “Lo esencial es invisible a los ojos”, cita, convencido de la sabiduría de las palabras de Saint-Exupéry.
De lector a escritor
El salto a la escritura llegó de manera natural. “Cuando leía, me imaginaba todo: los personajes, yo era el principal, y los lugares. Un día pensé que yo podía hacer un libro para que otros sientan lo mismo que yo”, relató.
Así nació El mundo gamer de Eric, su primera obra, donde el protagonista (Eric-Juani) vive aventuras inspiradas en sus propias fantasías, una de estas era tener su primera playstation. Sin embargo, no lo consigue.
¿Podrá o no podrá lograr ese objetivo de contar con el video juego?. Lo sabremos cuando finalice su segundo libro, también protagonizado por Eric. Aunque aún no tiene título, asegura que la historia seguirá explorando mundos imaginarios.
El sueño de Juani
A pesar de su corta edad, cree firmemente en la importancia de la lectura y la escritura. “Nunca hay que dejar de leer. Hay muchos libros para conocer”, aconsejó, invitando a otros niños a descubrir los diferentes mundos escondidos tras las letras. Para él, escribir es una forma de soñar despierto. “Si tienen una idea, hay que hacerla. Aunque cueste, no se rindan. Así se crean las mejores historias”, explicó.
Juani demuestra que, con imaginación y esfuerzo, se pueden alcanzar grandes cosas. “Escribir me hace feliz. Algún día quiero ser un gran escritor”, concluyó -con una sonrisa plena y pícara- el pequeño gran escirtor.