El escándalo por el beso no consentido a Jennifer Hermoso por parte de Luis Rubiales, ahora suspendido presidente de la Real Federación Española de Fútbol, sigue generando repercusiones. Esta vez la noticia es la madre del dirigente, Ángeles Béjar, quien se encerró en una iglesia y comenzó una huelga de hambre. Con esta dramática decisión, la mujer pide que se termine lo que ella considera una “cacería inhumana y sangrienta” contra su hijo.
Béjar inició su protesta por tiempo indeterminado en la Iglesia de la Divina Pastora de Motril, en la costa de Granada. “Están haciendo con mi hijo algo que no se merece”, afirmó. Pide, además, comprensión a todo el mundo “porque esta situación le puede ocurrir a cualquier persona”. El sábado, el Comité de Disciplina de la FIFA decidió suspender a Rubiales por 90 días.
La mujer también se refirió a la jugadora que fue besada sin consentimiento por Rubiales en la final del mundial femenino. Le pidió a Hermoso que “diga la verdad” y “mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos”. Según la madre del dirigente sí hubo consentimiento y no existió abuso sexual.
Según consignó la agencia EFE, las autoridades de la parroquia, ubicada en el barrio de Capuchinos, comentaron que la mujer se encuentra en «buen estado y rezando».