Un potente terremoto de magnitud 6,8 sacudió a Marruecos, a devastado a ciudades costeras como Rabat, Casablanca, Essaouira y a la capital Rabat. El trágico sismo, con epicentro cerca de la ciudad turística de Marrakech, ha dejado un saldo desgarrador de más de 1000 personas fallecidas. La luctuosa cifra fue anunciada por el Ministerio del Interior este sábado.
Además de las vidas perdidas, se reportaron 672 heridos, de los cuales 205 se encuentran en estado grave, según un comunicado emitido por esa cartera gubernamental
Anteriormente, un informe de la agencia de noticias AFP había cifrado el número de muertos en 632 y el de heridos en 329. La magnitud de la tragedia es un recordatorio impactante de la vulnerabilidad de la región a los terremotos.
El terremoto también se hizo sentir en las provincias del oeste de Argelia, país vecino de Marruecos. Sin embargo, su departamento de defensa civil informó que no hubo daños ni víctimas en esa zona.
Esta triste catástrofe es un sombrío recordatorio de la frecuencia con la que Marruecos experimenta terremotos en su región septentrional debido a su ubicación entre las placas africana y euroasiática.
En 2004, otro terremoto cobró la vida de al menos 628 personas e hirió a 926 cuando golpeó Alhucemas, al noreste del país. Además, en 1980, un devastador terremoto de magnitud 7,3 sacudió El Asnam en Argelia, vecino de Marruecos, dejando un saldo de 2.500 fallecidos y al menos 300.000 personas sin hogar, marcando uno de los eventos sísmicos más destructivos de la historia contemporánea.