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San Miguel de Tucumán

Jefatura III: Los crudos relatos que rememoran lo peor del pasado

Avanza el decimoquinto juicio por delitos de lesa humanidad que se lleva a cabo en nuestra provincia. El proceso Megacausa Jefatura III tiene como objetivo investigar los crímenes cometidos contra 237 víctimas durante el Operativo Independencia y la dictadura militar en 1976.

El martes se llevó a cabo, en el Tribunal Oral Federal (TOF) de la provincia, la décima audiencia en la Megacausa Jefatura III. Este proceso, inaugurado el 17 de mayo de este año, tiene como objetivo investigar los crímenes cometidos contra 237 víctimas, en el periodo que abarca el Operativo Independencia en 1975 y la dictadura militar en 1976. En el banquillo de los acusados se juzga la responsabilidad de 27 personas, entre expolicías y exmilitares. Crudos testimonios que rememoran el pasado.

El representante del Ministerio Público Fiscal, Pablo Camuña, explicó que durante la jornada continuaron las declaraciones de los testigos. “Seguimos avanzando con las testimoniales que nos va a llevar casi el 90% del juicio. Hoy (por el martes), declararon cuatro personas”.

En una entrevista previa con Canal 10 Digital, Camuña había resaltado que este proceso, a diferencia de los anteriores, tiene características que lo hacen único. “Esta megacausa es la más amplia hasta ahora en términos de cantidad de víctimas. Pero, además, tiene una particularidad y es que se basó en documentos extraídos del propio centro clandestino Jefatura por uno de los detenidos”.

Tres testigos declararon en esta oportunidad. Si bien no fueron las víctimas directas de las torturas y secuestros, sus seres queridos sí. A cada uno se le cortó la voz cuando tuvieron que recordar los días oscuros durante la dictadura cuando no sabían qué había pasado con sus familiares.

Ella era modista y él vendía juguetes

La primera en prestar testimonio fue Eva Yolanda Arellano. Habló sobre la aprehensión ilegal y las vejaciones que sufrió su marido, Daniel Enrique Arellano, de profesión contador. Declaró que fue detenido cuando jugaba al fútbol un día de lluvia en la localidad de El Churqui, Burruyacú, donde vivían. Lo llevaron a la comisaría de la zona y, aunque le prometieron que al otro día lo iban a liberar, no fue así. Durante la noche, lo trasladaron hacia alguna dependencia de la capital. 

Yolanda, embarazada de 7 meses, lo buscó por todos lados. Siguiendo algún rastro, preguntó en las comisarías, en las iglesias, en Casa de Gobierno (le decían que en cualquier momento Bussi la iba a atender). Dos semanas después – cuando lo cuenta trata de manejar los recuerdos que le ahogan la voz- lo vio llegar. Estaba «delgado, todo sucio, con mucho olor y descalzo». Según lo que le manifestó su esposo, “creyó que lo tenían en la exjefatura”, pero que no estaba seguro, ya que todo el tiempo se la pasó “vendado, en el suelo, con las manos atadas atrás”. 

Cuando comenzó la dictadura, Daniel se quedó sin trabajo y estuvo desempleado hasta el retorno de la democracia, por eso se tuvieron que «ir a vivir al campo». Mientras tanto, se las arreglaban como podían. Ella como modista y él vendiendo juguetes.

“Muchos de ellos desaparecieron (…) todos eran inocentes”

Gregorio Antonio Sánchez, a sus 80 años, cuenta por primera vez su historia ante un tribunal. Se emociona en varias partes de su relato, cuando rememora los momentos fuertes que le tocó vivir. Se acuerda de su hermano, Viviano Sánchez, detenido y desaparecido. Confiesa que todavía tiene la esperanza de sentir “la alegría de que encuentren sus restos”.

A Gregorio le tocó experimentar el asedio permanentemente, hasta que se tuvo que ir de la provincia. Era un trabajador ferroviario de los Talleres de Tafí viejo, pero fue cesanteado por el Gobierno militar en el año 77.

Por aquellos días lo buscaban a Viviano, que era un importante dirigente sindical, también de los ferroviarios. Sin embargo, Gregorio no sabía dónde estaba. Policías y militares visitaban asiduamente su hogar y preguntaban por él: “Yo los sufrí en carne propia. Iban en reiteradas oportunidades, como si fueran los dueños. No respetaban la intimidad de las familias. Una cosa era vivirlo y otra es relatar lo que uno sentía. La impotencia de ver el atropello a las familias, no tenía nombre”.

Una de esas veces, la llegada de los uniformados fue brutal: secuestraron al hijo de su hermano, Ignacio Sánchez, y a un vecino que presenció todo. “Se llevaron a mi sobrino que tenía 20 años, lo golpearon y torturaron… también detuvieron a un vecino que había visto lo que pasaba”, explicó.

Lo que ocurrió con Viviano lo pudo saber gracias a ese mismo vecino que atestiguó su trágico final. «Lo tenían en la Regional Norte… Comenzaron a maltratarlo, golpearlo, lo tiraban y arrastraban hasta que lo mataron… El vio cómo lo mataron. Así como a mi hermano, masacraron a todos”.

Luego, evocó a sus compañeros que eran como 30. “Muchos de ellos desaparecieron (…) todos eran inocentes”, se lamentó. Sobre su sobrino, afortunadamente, fue liberado a los 6 días: “lo largan cuando matan a mi hermano”. En el grupo de tarea, Gregorio nombró a Ramón César Jodar, uno de los 27 imputados en la causa.

«Le atan las manos con un trapo rosa, con otro trapo le vendan los ojos»

Ana Lucia Guerrero, a sus 68 años, se retrotrae a su vivienda ubicada en la calle España al 900, cuando ella, como sus hermanas, vivían todavía con sus padres. Recuerda que una noche de marzo del 76 “golpean la puerta violentamente” y que cuando su papá la abre “lo ponen mirando a la pared”, que estaban “encapuchados” y que “buscaban directamente a Kika”. Se trataba de su hermana mayor, Lilia Erminda Guerrero.


“Le atan las manos con un trapo rosa, con otro trapo le vendan los ojos y se la llevan. Mi hermana estuvo en la Santa Fe, sufrió violaciones… cuando la liberaron, estaba rotosa, descalza, sucia”, describe Ana Lucía. En su testimonio reconoce que la secuestran por una compañera. Se trataba de Celia Mendoza, a quien terminan asesinando en la ruta 9.

En el banquillo

El tribunal está integrado por Jorge Abelardo Basbus, Carlos Jiménez Montilla y Enrique Lilljedahl. Serán ellos quienes juzgarán a los imputados entre los que se encuentran policías y militares, como autores mediatos, autores directos, partícipes necesarios y partícipes secundarios, según el caso. 

Los imputados son Camilo Ángel Colotti, Ramón Ernesto Cooke, Mario Miguel D’ursi, Luis Edgardo Ocaranza, José Roberto Abba, Ricardo Oscar Sánchez, Rolando Reyes Quintana, Manuel Rubén Vila, Miguel Ángel Horlando Chaile, Luis Armando De Cándido, Hugo Javier Figueroa, Guillermo Agustín Ugarte, María Luisa Acosta De Barraza, Antonio Esteban Vercellone, Félix Insaurralde, Ramón César Jodar, Alberto Antonio Rivero, Augusto Leonardo Neme, Miguel Ángel Moreno, Emilio Guillermo Abec, Segundo Benito Acosta, Miguel Ángel Nieva, Miguel Ángel Venturino, Juan Luis Villacorta, Pablo Gregorio Zarate, Olga Aguilar De Porcelo, Ernesto Argentino Senco, José Antonio Vázquez, Juan Eudoro Soria y Luis Rolando Ocaranza.

Video completo de la décima audiencia de la causa

Espacio UNT

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